Oscar salió para el pueblo, necesitaba bajar pronto a traer un médico para su hija de 3 años Mariana, tenía unas fiebres y dolores en todos los huesos, la niña le rogó que no se fuera que la llevara con el, pero el recorrido era bastante largo y peligroso y el no quería arriesgaría, la única manera de convencerla, fue prometiéndole que le traería una muñeca.
Salió presuroso como alma que lleva el diablo sabía que volvería en la noche pero poco le importaba, lo único que le preocupa era la salud de su hija y saber donde iba a comprar una muñeca tan tarde de la noche, en el pueblito a las 6 de la tarde ya todo estaba cerrado.
El medico llegó al alto, como llamaban del lugar donde estaba la casa, el andaba en una mula, dijo que Oscar venía en camino ya que tenía que comprar un regalo.
El médico le dio unos remedios a la niña dijo que no era nada grave, un simple resfriado que se había complicado con fiebres, pero pasaría muy pronto.
Antes del amanecer el médico regresó al pueblo, su susto fue mayúsculo al encontrar el cadáver de Oscar a la vera del camino, bajo de su mula y lo reviso, era un médico conocedor de su oficio y lo sorprendió su propio dictamen, Oscar llevaba más de 12 horas de muerto, eso era imposible como podía ser si había hablado con el poco mas de 5 horas.
Cuando todos despertaron en casa la niña estaba radiante, tanto por su salud, como por la muñeca que Oscar le había llevado, según palabras de la misma niña hacia poco se la entregó, le dio un beso y se marchó, al rato subió el médico y dio la mala noticia, eso sí ocultándose a la niña ya que esta veía por los ojos de su papá.
La esposa y el médico fueron al pueblo a poner la denuncia ya que Oscar había sido asesinado, al parecer por robarlo, en sus bolsillos no tenía un peso, en el pueblo se regó el rumor del robo y asesinato, don Pascual le dijo a la policía que era extraño, ya que Oscar lo habia despertado a las 3 de la mañana para que le vendiera una muñeca, me lo imploro dijo, el problema es que a la hora de pagarla, me dijo que por favor se la fiara que no tenía un solo peso, se hizo todo mas extraño aún.
A la niña no se le contó lo de la muerte de su padre, le dijeron que andaba de viaje, ella les creyó pues cuando el le entregó la muñeca esto fue lo que le dijo a su amada hija.
La investigación siguió su curso, pero difícil dar con el paradero del asesino ya que se había cometido en un lugar muy apartado casi a dos horas de la casa y casi 5 del pueblo, el ataque se había cometido con un cuchillo o navaja común, la única diferencia de otros es que tenía una curva hacia arriba en la punta según dijo el médico y el atacante era zurdo por las heridas en el cuerpo se podría asegurar.
Anibal era un trabajador del alto, era el encargado de traer leña, cuidar los cerdos y cualquier necesidad que hubiera en la casa, vivía en una habitación al lado de la casa, una tarde que entró a decirle a la señora, si traia más leña o ya lo dejaban para el día siguiente, ahí estaba la niña y al verlo, le habló algo que no hacía nunca, por que le tenía miedo, le dijo que mi papá le manda a decir que el sabe lo que hizo, el hombre se puso pálido y salió sin esperar respuesta, la madre de la niña le preguntó por qué había dicho eso y ella le contestó, papá vino anoche y me pidió darle ese recado a Anibal, la madre se mostró sorprendida pero no dijo nada.
En otra ocacion Anibal se encontraba rajando leña en el patio, la niña se le acercó y le dijo que su padre le mandaba a decir que pronto pagaría su pecado, Anibal huyó sin mediar palabra.
El médico subía por el camino a ver uno de sus pacientes y entro a la casa del alto a tomar un poco de agua o jugo, cuando estaba conversando con la madre de la niña, la pequeña se le arrimo y le susurro algo al oído, este no respondió nada, pero le preguntó a la madre si aún había cosecha de naranjas, esta le dijo que sí y pidió a Anibal que le trajera unas, el médico pidió a Anibal algo con que pelarlas, este le presto su cuchillo presuroso, el médico se comió las naranjas y siguió su camino.
Dos días después el inspector de policía, el comandante de la policía y el médico llegaron a la casa del alto, dijeron que iban detrás de un robo de ganado y se habían encontrado al médico en el camino, mientras la madre de la niña les daba de beber, el médico repitió la pregunta de hacía dos días, preguntó por las naranjas, la señora mandó a Anibal traer unas cuantas, igual que la vez anterior el médico pidió un cuchillo para pelarlas, el primero en pelar su naranja fue el policía, después el inspector y por último el médico, cuando hubieron terminado el inspector sin entregarle el cuchillo a Anibal, le dijo que quedaba arrestado por el asesinato de Oscar que ese cuchillo era el arma homicida y para más prueba el era zurdo, soltó en llanto y confesó su crimen y agradecía que todo acabará, por que esa niña lo iba a volver loco diciendo que su padre dijo esto y aquello.
El médico contó que ese día la niña le susurro que su padre le había dicho que pidiera naranjas y se fijará en el cuchillo que Anibal las peleaba, no necesito decir más el médico sospecho todo.
Pará la niña su padre aún vive cada momento dice que la visita y le lleva regalos ya tiene como 10 muñecas que el le ha regalado, don Pascual asegura que un desconocido pasó una mañana y le pagó la muñeca que le debía Oscar y aunque don Pascual no quería cobrarla, este le insistió mucho que la quería pagar, después de esto le ha comprado varias, es alguien que no conoce y solo lo ve cuando va a comprar las muñecas.