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miércoles, 19 de febrero de 2020

Una prostituta en mi taxi

Una prostituta en mi taxi

Una prostituta en mi taxi. La llevé hasta el Motel Echaurren, $6750 la carrera, y pagó $40 mil. Me dijo espérame aquí, tengo trabajo toda la noche y necesito un chófer, y que mejor que seas tú que eres mujer. Acepté con gusto, no era poca plata, ella se zumbaba con un tipo, mientras yo esperaba que el tiempo pasara a la cresta y ya estaba de vuelta.

Después hacia San Ignacio con Victoria.

Agarró confianza y me preguntó si estaba enamorada mientras prendía un cigarro sin permiso. Le respondí que sí, que era feliz y se chantó a reír. Que el amor no existe y que el corazón al revés es un poto. Bien por ella, pero yo, 25 años junto a mí marido en las buenas y en las malenas no podía opinar lo mismo. $5500 el viaje y canceló otros $40 mil.

- Me caso mañana por la mañana con un ricachón – me contó al bajar del auto.

Pobre tipo, pensé, pero quien soy yo para juzgar, “la que puede puede” dice la canción. Regresó a los quince minutos, fue un cliente precoz.

A Eliodoro Yañez con Av. Holanda y ya éramos amigas. Me hizo frenar antes para invitarme a comer un completo en una estación de bencina y me terminó de contar todo el asunto.

- Me caso a las nueve y media de la mañana así que esta será mi última noche – confesó con su voz rasposa.

Yo, testigo del cierre final de una escort sin complejos, sonreí. Dejé a aquel reloj de arena de puerta en puerta, mientras las horas pasaban y me imaginaba pagando mis deudas con los 500 mil pesos que ya llevaba en mi guantera. Aquella joven me había arreglado el panorama de cara a un futuro próximo. Me contaba sus chistes mientras se pintaba una y otra vez para el último cliente que le quedaba.

Entró al siguiente edificio y esperé.

Había pasado más de una hora. Otros 15 minutos, 30, 40, y ya eran 120 minutos. Era tan simple como agarrar el taxi y partir, pero tenía su mochila en el copiloto.

Tres horas y ya basta.

Entré a conserjería, pregunté por su nombre y no me quisieron dar información. Volví al taxi y vi que ya eran las 9 y solo le quedaban treinta minutos para su casorio. En un acto de buscar pistas del departamento abrí su mochila y saqué su vestido de novia. No había nada más.
No quería hacerlo, pero no me quedó de otra… Saqué mi pistola escondida, porque trabajo de noche, soy mujer y taxista en esta ciudad ¿Se necesita más explicación que esa? Nuevamente el conserje y le mostré a mi “amiguita”.

- ¿Dónde cresta está?
- ¡Departamento 912 pero no me mate!

Ascensor en el piso uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… nueve.

912

Toqué el timbre y abrió la puerta gritando, con la cara moreteada mientras el tipo intentaba cerrarme. Me metí igual, le apunté con la pistola y me dieron unas ganas enormes de fusilarlo ahí mismo, con los pantalones abajo. Pero dudé, se abalanzó sobre mí y la pistola a la cresta. Comenzó a ahorcarme, mientras le tiraba torpemente el pelo. Pero ella apareció y le pegó con la con el arma en la cabeza. Estado inconsciente del cerdo y arrancamos.
Bajamos del edificio, y nos metimos al taxi.

Al grano:

- Estás a 15 minutos de tu matrimonio. Dime donde te casas.

Pintor Casanova Zenteno con Francisco Noguera.

Aceleré, mientras ella se vestía en el asiento de atrás y se maquillaba las heridas mirándose con el retrovisor. Comenzó a agradecerme por lo que había hecho y me pasó toda la plata que ganó durante la noche. No pude contarla en ese momento, los fajos no cabían en dos manos.
Terminó de cambiarse, se veía formal y tan curvilínea como ella sola. Le deseé lo mejor en su nueva vida y me besó la mejilla, bajó del auto y se fue. Ahora era su celular, mujer olvidadiza. Me devolví para entregárselo y allí estaba, llorando.

- ¿Qué te pasó?

La dejaron plantada, y todo se fue a la cresta. Ahí comenzó la teleserie en mi Nissan V16, escuchando a Bad Bunny y terminar con “La Chica de humo”. La fui a dejar hasta su departamento y la acosté. Le acaricié el pelo, pena. En su velador mi número de teléfono para que me llamase apenas se despertara.
Llegué a mi casa con la plata y no abrí los ojos hasta bien tarde. El celular sonaba y era ella.

- Hoy vuelvo a trabajar y necesito chófer – me dijo.

Esta vez no me interesaba su plata y fui a buscarla. Ahí la encontré, más atractiva que la noche anterior.

- No trabajes más en esto. Eres joven, inteligente, bonita, puedes tener el mundo a tus pies, pero no te arriesgues más. Casi te matan y la próxima vez no va a estar una vieja taxista para ayudarte.

Pero no me escuchó. En fin, hice lo que pude.

- ¿Adónde vamos ahora?
- Angamos con Vargas Buston

La verdad es que en ese instante no presté atención, como que mi inconsciente intentó no avisarme para prevenir lo que estaba a punto de suceder conmigo.

- ¿Espera, donde me dijiste?
- Angamos con Vargas Buston.

Era la esquina de mi casa. Me quedé muda, mientras ella nuevamente prendía el cigarro sin permiso, me contaba del cliente frecuente que tenía hace algunos años, que le cobraba más barato porque le tenía cariño. Me tiró como gracia que a ella la llamaba cuando la esposa salía a trabajar por las noches.

- ¿Te imaginas que fueras tú? – bromeó.

No respondí, aún estaba ahogada, no sabía que cresta hacer. Llegamos hasta la puerta de mi domicilio y bajó.

- Quizás acá me demore un poquito, me voy a hacer tira con este viejo.

Él mismo le abrió la puerta, y ni siquiera se dio cuenta el imbécil que yo estaba afuera.
No lloré, estaba en un agujero, en la nada. Aceleré y me di un par de vueltas a la manzana, me detenía al frente. Me bajaba y volvía a subir al auto… pero no me pude contener más. Abrí la guantera y saqué el arma mientras comenzaba recién a chorrear en lágrimas. Se escuchaba la risa de ella. El pasillo interminable como un túnel hacia la muerte hasta que vi la luz que se me enterraban como agujas en los ojos. Él no dijo nada, y ella me preguntó que hacía ahí, que la esperara en el taxi porque recién estaba empezando. El ruido como de un camión en mi cabeza, mientras solo observaba sus gesticulaciones y los ojos bien abiertos de aquella niña enterándose en ese instante de quien era yo.

Apunté y esta vez no dudé como en aquel departamento.

- ¡¡No!! ¡¡No me mates por favor!!

Jalé, una y otra vez. Una fiesta de sangre en la habitación y mi oído se tapó con un pitido. Así caminé, como una zombie por el pasillo, subí al auto y el taxímetro marcaba $5800 el viaje desde su casa hasta la mía.

Autor: Sergio Cortes
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Relato erótico: El primer trío de una pelirroja

Relato erótico: El primer trío de una pelirroja

Relato erótico: El primer trío de una pelirroja

Hola, soy Fiorella, pelirroja, 1.65, dicen que lindas curvas, ojos celestes, les voy a contar mi primera experiencia. Estuve casada durante mas de 20 años, hasta que mi ex marido se fue con su secretaria (por suerte), estuve mal, desanimada durante un tiempo, hasta que me convencieron que tenia que salir a hacer amigos, cuidarme, etc. Me anote en el gimnasio de mi barrio, ahí conocí a muchos nuevos amigos y amigas, todo era normal hasta ahí, bromas van, bromas vienen con mi profesor Fernando de 40 años y los demás, hasta que un día me invitan al cumpleaños numero 32 de Martín, otro chico del gimnasio, iríamos varios chicos y algunas chicas, era un sábado por la noche, me prepare y fui al departamento de Matías de 33 años, donde se iba a festejar, fui la primera en llegar, estaba vestida con una blusa suelta, una mini falda no muy corta y mis infaltables tacos altos, solos estaba el dueño de casa, después llego Fer y Martín, ya había pasado mas de una hora y no llegaba nadie mas, así que nos dispusimos a tomar unos tragos, a mi me encanta el Daikiri y el mojito, cosa que ellos sabían muy bien, todo iba normal, hablábamos de todo y la conversación empezó a subir de tono, a mi me causaba mucha gracia, pero les seguí la corriente. Ahora si llego la música y como sabían que a mi me gusta bailar me invitaron, Martín me pregunto si yo bailaba lentos en mi época, obviamente les dije que si, ahí fue cuando ya un poco pasada de copas, pusieron un lento y Martín para festejar su cumple me pidió si no le hacía el honor a lo que yo accedí, comenzamos a bailar y enseguida sentí su pija dura junto a mi, cosa que me excito bastante, no se como fue pero al rato Matías estaba bailando juntos a nosotros tomándome por detrás y Fer miraba sonriendo, comenzaron a moverse primero lentamente y después cada vez mas insinuantes, yo ya estaba bastante acalorada, cuando me quise acordar estaba besando a Matías y Martín me tocaba mi colita con fuerza, se sumo Fer, mientras me decía que no se imaginaba que yo estuviese haciendo eso y comenzó a tocarme los pechos lentamente, yo no sabía si parar o no, estaba nerviosa y un poco de miedo y vergüenza, pero seguí, en un momento ya estaba desnuda en la cama mientras me besaban los tres y me tocaban por todos lados, todos esos cuerpos jóvenes y musculosos, transpirando sexo para mi, ya el nivel de calentura era insoportable, cuando empecé a gemir, Fer saco su enorme pija y me la puso en la boca, apenas podía entrar en mi boca, no se con que movimientos Matías me dio vuelta y quede en cuatro como se dice, mientras seguía chupando la pija de Fer ya descontroladamente, y Matias me penetraba con fuerza, ahí sentí la primera explosión en mi boca, creí que me ahogaba y quise vomitar, pero Fer me tomo la cabeza y me retuvo y empezó con movimientos suaves y me acabo dentro de mi boca hasta la ultima gota y me encanto, ya después fue el turno de Martin, Matías se puso debajo de mi, mientras Martín suavemente me la puso por mi culito, a chupar otra vez desenfrenada mientras Matías terminaba, ya recuperado volvió Fer con su enorme pija y en un movimiento me la metió en mi culito ya mas dilatado, Fer primero empujaba lentamente, yo sentía una mezcla rara de placer y dolor hasta que solo fue placer y comencé a empujar yo cada vez con mas fuerza hasta que entro toda su enorme pija en mi culo ya con movimientos cada vez mas rápidos, sentía su pija cada vez mas dura e hinchada, mientras yo seguía chupando la pija no me acuerdo de quien, que también acabo en mi boca, y así seguimos mas de tres horas, no recuerdo cuantos orgasmos tuve en una sola noche, pero esa fue mi primera vez, nunca me cojieron tanto ni tan bien, termine exhausta pero feliz, voy por más-
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Relato sexual : Mio tío me quito la virginidad

Relato erótico: Mio tío me quito la virginidad. Sacado de Internet.

Relato sexual : Mio tío me quito la virginidad

Relato sexual : Mio tío me quito la virginidad

Estaba en mi casa, mas precisamente en mi habitación, cuando tocaron timbre. Fui a ver quien era. Abrí la puerta, esperando del otro lado se encontraba mi tío.

Salte a abrazarlo, le di un beso en la mejilla.

– No sabía que venias a casa. Le dije.

– Yo tampoco, me llamó tu mama, hace dos horas. Respondió

Yo estaba feliz de verlo, siempre me llevé muy bien con el. Podía hablar de todo, era como un mejor amigo.

Fui a la cocina para avisarle a mi madre, que Ezequiel había llegado.

– No te quería interrumpir, que estabas estudiando, pero tu abuela, está en el hospital, que tuvo una caída, pero ya esta bien. Le pedí a tu tío que venga a cuidarte. Me contó mi madre.

Fui egoísta, me preocupó lo de mi abuela, pero saber que ya estaba bien y que iba a pasar un rato con mi tío, me puso de muy buen humor.

Mi madre ya estaba lista, asi que solo se despidió y se fue al Hospital con mi hermana.

Con mi tío nos quedamos en el living, llevamos gaseosa y galletas y nos pusimos a ver una película de acción con actores desconocidos o por lo menos no los conocía.

Estábamos en un sillón de tres cuerpos de color rojo frente a la televisión. Ezequiel se sentó en la punta derecha y yo me recosté apoyando mi cabeza sobre el muslo izquierdo de mi tío, mirando hacia la televisión.

Hablamos un buen rato de todo, nos pusimos al día. La película terminó, vimos otra a continuación que ya ni recuerdo cual era.

En un momento me dice:

– No me dejas recostarme un rato?

– Si, perdona, me puse cómoda y ni te pregunté. Contesté.

Ezequiel se acomodó en el sillón de costado, sobre su hombro derecho mirando la televisión.

Me senté en la punta izquierda, al lado de sus pies.

– Acostate conmigo, ponete cómoda.

Lo hice, me puse en su misma posición, dándole la espalda.

Apoyó su mano izquierda sobre mi cadera, y seguimos viendo la película.

A los pocos minutos, sentí un movimiento por detrás, escuché como desabrochó el cinturón, y bajo el cierre de su pantalón.

Acto seguido se acomodó y apoyó algo bien duro contra mi cola.

Era virgen, no sabía mucho de sexo, pero lo poco que sabía, me permitió suponer que su miembro erecto estaba apoyándome.

Su mano izquierda empezó a acariciar mi cadera, y comenzó a bajar por mi pierna.

Apenas respiraba, me quedé completamente inmóvil.

Sus caricias siguieron unos minutos.

Empezó a moverse para levantarse e hice lo mismo.

No quise mirar hacia atrás. Me quede viendo la película, aunque sin verla realmente.

– Date vuelta linda.

Giré mi cuerpo lentamente y ahí estaba, mi tío sentado, con su miembro en la mano, acariciándolo lentamente.

– Acercate, así lo ves bien. Esto es lo que tienen los chicos, tocalo.

No me moví solo me lo quedé mirando.

– Veni no tengas miedo, ya estas en edad de saber de que se trata.

Di un par de pasos. Y tomó mi mano derecha y me la puso sobre su pene. Con su mano sobre la mia, me hizo que lo masturbe.

– Seguí solita.

Y saco su mano y seguí haciendo el movimiento ascendente y descendente sobre su miembro.

– Que manito suavecita tenes, me encanta. No pares.

Obedecí y seguí acariciando el pene de mi tío.

Me parecía un sueño, jamás me imaginé estar en una situación así. Era una mezcla de vergüenza, sentía mi cara roja, con calor, curiosidad, de ver por primera vez un miembro masculino y me encantaba, no se si por el afecto que sentía hacia mi tío, de compartir algo tan íntimo con el, o solo me excitó agarrar una pija por primera vez.

Escuchar a mi tío gemir de placer me hacía sentir bien, me encantaba lo que producía en el.

– Parate linda.

Lo hice y se me quedó mirando, sobre todo mi cuerpo.

Puse sus manos en mi cintura y con suavidad bajo mi short.

Su mano derecha tocó mi tanguita, se río y dijo:

– Mmmmmmm, estas mojadita preciosa, me encanta.

Me estremeció el cuerpo sentir sus dedos tocando mi parte íntima. Pero su comentario me hizo morir de vergüenza.

Me acarició mi vagina con la tanga puesta. Lo hizo por varios minutos. Fue muy placentero, cerré mis ojos y me deje ir, disfruté cada segundo, deseando que no acabe nunca.

Retiró su mano, abrí mis ojos, y comenzó a bajarme la tanguita.

– Subite al sillón linda.

Me iba a sentar a su lado, pero me dijo:

– No, parada sobre el sillón.

Me tomó la mano y me ayudó a subirme.

Quedé parada sobre el sofá, un pie de cada lado de sus muslos y mi conchita contra su cara.

Su nariz rozó mis labios vaginales, aspiraba tratando de olerme mi vagina.

Sus manos tomaron mis nalgas, con fuerza, cada mano con una nalga, me las separó y hundió mi conchita contra su boca.

Primero fueron besos, contra mis labios vaginales. Luego su lengua comenzó a jugar, la pasaba por mis labios, sentía como me la llenaba de saliva. Cerré mis ojos, sujeté su cabeza y solo disfruté.

Ahora su lengua estaba dentro de mi orificio, sentía como lamia mis paredes interiores. Era tan rica la sensación.

– Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm, gemía.

Mi tío no paraba de usar su lengua, y mis piernas cedían del placer, si no fuese que me sujetaba de mis nalgas fuertemente, hubiese caído.

No sentía pudor, estaba liberada, solo placer, amaba tanto a mi tío por esa experiencia única.

Su lengua cambió de posición y pasó a mi clítoris, al principio la punta de su lengua, la frotó sin parar, pensé que no se podía sentir mas placer, pero su lengua en ese sector hizo estragos.

– Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, mmmmmmmmmmmmmmmmmm.

No podía parar de gemir, lo hacía gritando.

Mi tío intercambiaba la punta de su lengua, con sus labios succionando mi clítoris.

La punta de su dedo, de la mano derecha, se metió en la entrada de mi ano, solo un centímetro, no me hizo doler pero me resultó raro, supuse que fue un accidente, no sabía en ese entonces, que a los hombres o la mayoría les encanta jugar con las colas de las mujeres.

Con la punta de su dedo en mi ano, y su lengua dándome placer en mi clítoris. Sentí una sensación que jamás experimenté. Fue una mezcla de mareos, visión borrosa, falta de aire, mi cuerpo no me respondía como debería. Finalmente largué un gritó de desahogo y me corrí en su boca. Bebió todos mis fluidos vaginales, siguió chupando sin parar mi vagina.

Con mis rodillas dobladas, y mi espalda arqueada hacia atrás, solo me sostenían sus manos, que sujetaban mis nalgas. Esperé que termine de lamer mi conchita, solo miraba el techo fijamente, me encontraba relajada, mi cuerpo no tenía fuerza para sostenerse.

Su boca se alejó de mi vagina. Tomó mi cuerpo, y con sus brazos me cargó, hasta mi habitación que estaba a solo cinco metros.

Me recostó sobre mi cama de una plaza. Se desvistió completamente. Observé su miembro venoso, mucho mas oscuro que el color de su piel, me encantaba verlo.

Se subió a la cama, se arrodilló entre mis piernas, con sus manos me tomo por la cadera, y me acomodó contra su pelvis, sentía la cabeza de su pene contra mis labios vaginales, tratando de entrar. Finalmente encontró la entrada a mi orificio y su cabeza se hundió con fuerza, sin cuidado, con varios movimientos bruscos, habrán sido 8 o 10 intentos de penetrarme, hasta que mi vagina cedió y gran parte de su miembro estaba dentro.

Grité muy fuerte, fue doloroso sentir su pene entrando en mi conchita virgen. Mi tío no se detuvo.

Se acomodó mejor. Sin soltar mis caderas que estaban en el aire. Mis hombros y cabeza contra el colchón. Y empezó a embestirme con fuerza y velocidad. Sus manos hundían mi cuerpo contra el suyo y su pene entraba y salía de mi vagina una y otra vez, sentía el ruido de mi cuerpo chocar contra el suyo, era un golpe en seco, violento.

No lo disfrutaba al principio, pero con los minutos pasando, ya no era tan doloroso y me permití disfrutarlo. Me encantaba ver a mi tío tan concentrado en mí, estaba muy traspirado, el sudor de su cara, caía sobre mi vagina y vientre.

Al cabo de unos cuantos minutos, mi tío largó unos gemidos aún mas fuertes y se vino dentro de mi conchita. Me encantó esa sensación de sentirme llena de leche y como salía hacia afuera.

Mi tío se recostó de costado, estábamos incómodos por el tamaño de la cama.

Me pidió que me corra, se acostó boca arriba, me dijo que me saque el top, y me acueste sobre el.

Apoyé mi cuerpo sobre el suyo, mi mejilla izquierda sobre su pecho. Sentía su respiración agitada y su corazón latiendo rápidamente. Su manos comenzaron a acariciar mi espalda y cola, y nos quedamos descansado. Cerré mis ojos y disfruté el momento.

Me despertó el sonido del teléfono. Mi tío atendió, era mi madre.

Me levanté de la cama, mis piernas estaban débiles.

Esperé que terminen de hablar.

– Vamos a buscar a tu hermana al Hospital que tu madre se va a quedar esta noche.

Asentí con mi cabeza. Fui a mi placar a buscar ropa para vestirme.

– Estas bien? los pasaste bien? Preguntó mi tío.

– Mucho, no sabía mucho que hacer pero me encantó.

– Estuviste de 10 preciosa, fuiste la mejor con la que estuve. Me dijo.

En parte me gustó lo que me dijo aunque me dio celos saber que estuvo con otras.

Terminamos de cambiarnos. Y fuimos al auto.

Seguimos hablando, me preguntó si me había dolido.

– Para nada, fue todo hermoso.

Solo mentí un poquito, fue increíble todo, solo la parte de la penetración que fue bastante doloroso al principio. Me dije a mi misma.

– No pensaba penetrarte pero me dejaste loco. Y ni lo pensé. Espero que no estes enojada. Dijo.

– Me encantó. Le respondí.

Me sonrió y con su mano derecha acarició mi muslo izquierdo.

Seguimos hablando de otras cosas hasta que llegamos al Hospital.

Antes de bajar del auto, un poco nervioso, me pregunta varias preguntas sobre mi periodo.

Se las respondí un poco avergonzada.

Mis respuestas lo dejaron aliviado.

Ya en la habitación, saludé a mi abuela, mi madre y hermana.

Nos quedamos un momento, que ya había terminado el horario de visitas y volvimos a mi casa, esta vez con mi hermana.

Llegamos a casa. Mi hermana se fue a bañar. Mi tío se puso a cocinar. Y yo fui a mi habitación.

Cerré la puerta y me senté en la cama. Noté una mancha en la sabana. Era el semen de mi tío que salió de mi vagina. Desabroché el botón del short y metí mi mano derecha por debajo del short y tanga y mi mano izquierda sobre la mancha y cerré mis ojos
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Relato erótico con la amiga de mi hija

Relato erótico con la amiga de mi hija

Relato erótico con la amiga de mi hija

Soy hombre de 37 años, un día estaba solo en mi casa y de repente llegó mi hija de 18 años con su compañera, subieron a la habitación y cerraron la puerta para hacer una tarea, cuando yo me acerqué a la puerta sin querer escuché a mi hija quejarse de dolor entonces empuje la puerta y resulta que las dos chicas se estaban masturbando y cuando me vieron se asustaron y me pidieron perdón, mi hija me dijo que ellas tenían la fantasía de estar con un señor maduro y que en el colegio no encontraba cómo cumplir esa fantasía, yo les dije que no se preocupara y que era una lástima que yo fuera casado porque de lo contrario hubiera ayudado por lo menos a la compañera de mi hija, mi hija me dijo: papá no te preocupes, yo quiero tanto a mi compañera que estoy dispuesta a guardar el secreto, yo le dije estás segura? Ella me dijo sí, entonces yo le dije bueno si quieres puedes salir de la habitación, mi hija me dijo no, la condición es que yo me quede aquí para que mi compañera tenga confianza porque no te conoce, debo confesar que me emocione con la idea de hacer el amor delante de mi hija, de repente su compañera se acercó donde yo estaba sentado y se arrodilló y con mucha ternura saco mi pene del pantalón y lo empezó a chupar, yo me sentía extraño por la presencia de mi hija pero ya lo empezaba a disfrutar mientras acariciaba la cabeza de su compañera, yo cerré los ojos por un momento y cuando los abrí pude ver a mi hija acariciar sus piernas pero disimulé para que no se incomodara, mi hija tenía una minifalda en la cual metió su mano y empezó a acariciar su vagina, para ese momento yo ya estaba besando por completo el cuerpo de la compañera que por cierto tenía una vagina hermosa la cual no me cansé de chupar, después la compañera se acostó en la cama y yo me lancé sobre ella y la penetre por mucho rato, cuando miré a mi hija me di cuenta que estaba completamente desnuda masturbándose inspirada por el espectáculo que nosotros estábamos ofreciendo, después mi hija me dijo: que dichosa es mi madre con un hombre como tú, yo traté de hacer como si no hubiera escuchado esas palabras pero después la compañera dijo: si quieres venir a probar a tu papá, yo sentí la emoción más fuerte de mi vida en ese momento, entonces mi hija se puso de pie y me dijo: ven papá y dame un beso, no tengas miedo, entonces me beso apasionadamente y se arrodilló para chupar mi pene mientras su compañera se masturbaba en la cama, no podía creer lo que estaba sucediendo cuando yo besaba los deliciosos pechos hija y también su vagina que tenía olor fascinante, cuando yo introduje mi pene en la vagina hija sentí el placer más delicioso por lo estrecho de las paredes vaginales y por lo prohibido, Al pasar el rato yo me iba a venir entonces la compañera chupó mi pene hasta quedar completamente llena de leche toda su boca y después sorprendentemente beso con mi hija muy apasionado, es increíble todo lo que sucedió pero bueno, yo me siento muy feliz por la experiencia, este relato fue escrito en la madrugada del 3 de agosto del año 2018 recién estrenado.
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Relato erótico : Mi esposo me expuso y me gustó

Relato erótico : Mi esposo me expuso y me gustó

Relato erótico : Mi esposo me expuso y me gustó

Jamás imaginé todo lo que iba a disfrutar ese día, mi esposo nunca supo a lo que me expuso y me gustó.
Todo sucedió un viernes por la noche, yo ya me encontraba dormida en mi habitación, cuando mi esposo entró, me despertó y me pidió que por favor me levantara un poco y les ofreciera a él y sus amigos unas botanas. Por lo regular era frecuente que los fines de semana se reunieran mi esposo y sus amigos en la casa para jugar cartas y tomarse unos tragos, ya me había acostumbrado.

En esa ocasión yo confieso que un poco molesta me levanté, el salió de la habitación y yo quise darle un escarmiento, se me ocurrió salir así como estaba, con mi bata de dormir transparente pensando que en esta forma a él se le quitaría la costumbre de levantarme para atenderlos a él y sus amigos.

(Debo contarles que soy una mujer con una educación muy estricta y en materia sexual muy restringida, pero no por esto dejo de tener mis fantasías como cualquier otra mujer y me considero ser una persona bastante temperamental)

Una de mis más anheladas fantasías es ver a un hombre masturbándose, nunca tuve la idea ni la fantasía de hacerlo con más de uno a la vez. )

( Cuando recuerdo este momento me causa excitación por lo tanto me voy a permitir utilizar palabras fuertes que acostumbran usar los hombres pues esto me excita aún más)

Continuo con mi relato: para mi sorpresa cuando salí de la recamara con mi bata transparente, no estaban jugando cartas estaban viendo una película pornográfica, vi la cara de sorpresa de los 3 amigos de mi esposo cuando me vieron salir, sentí sobre mí sus miradas morbosas, me imagino que ya se encontraban demasiado calientes y al verme así, pues la verdad no sé qué pensaron, yo me fui inmediatamente a la cocina, confieso que arrepentida de mi osadía y algo temerosa.

Escuche un pequeño ruido en el patio y me asome por la ventana de la cocina que da al lavadero y cual fue mi sorpresa que descubrí a otro amigo de mi esposo, él se encontraba parado cerca del lavadero con los pantalones y los calzones hasta las rodillas con la verga parada, los ojos cerrados, haciéndose una buena sobada, yo lo vi sorprendida por fin se cumplía mi más anhelada fantasía, sentí un calorcito rico por todo mi cuerpo acompañado de un sabroso escalofrío, lo estuve observando por un rato hasta ver como se contorsionaba y empezó a escurrir chorros de semen, yo al momento sentí como me empezaba a humedecer, inconscientemente me metí la mano debajo de mi calzón y sentí toda mi rajita muy húmeda.

Escuché que mi esposo les decía a sus amigos que enseguida regresaba, que iba por mas bebida pues la que había ya se había terminado y salió de la casa dejándome sola con los 4. Yo estaba en la cocina terminando de prepararles las botanas, la verdad yo estaba ya bastante excitada pero muy nerviosa y con miedo. Salí de la cocina con la charola de la botana para dejárselas en la mesa, yo quería hacerlo lo mas rápido y refugiarme en mi recamara, vi que ya estaban los 4 en la mesa viendo la película, yo pase entre ellos para dejarles la charola sobre la mesa, sería mentir si no les digo que alcancé a notar el bulto que se les veía a todos y cada uno sobre el pantalón y con la excitación que yo tenía pues me puse mas nerviosa, al dejar la charola sobre la mesa, la persona que quedó detrás de mi me agarro las nalgas por encima de mi bata, que para esos momentos recordé que era la de dormir, transparente, sentí como me apretó y con un dedo me tocó el culo (por lo regular no falta algún atrevido que en el transporte público se pasa y le agarran a una las nalgas esto a mi me molesta bastante) pero en esta ocasión supongo que por lo caliente que ya estaba yo, la sensación fue diferente, yo al sentir esto me quede como paralizada por un instante, le quite la mano de atrás de mí, deje la charola y me fui inmediatamente a la cocina.

Me incliné sobre el lavabo para reponerme de la sorpresa, cerré los ojos respire hondo, en eso estaba cuando siento que alguien me abraza tomándome de la cintura y apretándome con fuerza hacia atrás, yo sentí entre mis nalgas pero por encima de la ropa algo duro, grande y grueso. Nuevamente la sorpresa me paralizó no sé cuantos segundos pasaron, ya cuando me di cuenta, sentí una verga por en medio de mis nalgas sobándome el culo con el cuerpo de la verga y con la punta pasando por mi raja bien húmeda, ya tenia la bata levantada hasta la cintura y los calzones hasta las rodillas, la verdad no supe a que hora me subió la bata y me bajó los calzones.

Ya no era dueña de mi, ya estaba demasiado caliente como para reflexionar, ya no me importaba nada, él me levantó de la posición inclinada y de espaldas que tenia yo y me puso de frente a él, en eso vi que los 4 estaban ahí en la cocina todos con la verga de fuera, yo jamás había visto en vivo tantas vergas paradas juntas (de diferentes tamaños, colores, delgadas, gruesas, flacas, gordas, chuecas), cuando él me puso de frente, me pasó la verga por mi raja ya super mojada y empezó a frotarla sin metérmela, yo sentía esa verga muy caliente casi al grado de quemar, otro de ellos se acercó y me apretó un pecho, otro me empezó a sobar las nalgas mientras el que estaba enfrente de mí con la verga sobre mi raja me besaba el cuello, en ese momento tuve ya mi primer orgasmo, me quitaron la bata y los calzones quedando yo totalmente desnuda.

Esto me excitó nuevamente y demasiado que al verme desnuda frente a tanto hombre tuve mi segundo orgasmo, el que estaba frente a mí me tomo de la cabeza y me agacho la cara hacia su verga y me la puso en la boca para que se la chupara, abrí la boca y me la metió toda de un jalón, yo sentí como que me ahogaba, la sacó y la volvió a meter con fuerza y así lo siguió haciendo repetidas veces, mientras otro me tomó una mano y la puso sobre su verga, yo empecé a sobársela, otro me puso su verga cerca de la cara para que también se la mamara yo soltaba con la boca una y tomaba la otra y así sucesivamente, estaba mamando 2 vergas al mismo tiempo, mientras con la mano sobaba otra, esto nunca me lo imaginé. El que estaba detrás de mí sobándome las nalgas se acomodo me tomo de las caderas mientras yo estaba mame y mame me dio un jalón hacia atrás y sentí como resbalaba por mi raja bien mojada la cabeza de su verga y de un jalón se encajó en mí, sentí como se me metió toda completa hasta el fondo, guau aquí tuve mi tercer orgasmo, una verga dentro de mí, con la mano sobando otra y mamando otras dos al mismo tiempo.

Mientras el que me estaba cogiendo entraba y salía de mi los otros 3 se separaron, supongo que querían ver como me estaba cogiendo su compañero yo quede en cuatro patas los que estaban viendo se estaban masturbando, yo estaba nuevamente viviendo mi fantasía, pero esta vez con más fuerza, pues veía a 3 hombres masturbándose mientras otro me estaba cogiendo, que enorme placer sentía, como nunca me hubiera imaginado sentir, para esto sentí como empezó a echar chorros el que me estaba cogiendo, pues sentí todas mis nalgas y piernas chorreadas, se salió de mi y se retiro exhausto otro se acomodó detrás de mi y me la metió así, en cuatro como yo estaba, empezó a meterla y sacarla hasta que después de unos cuantos minutos, empezó a echar chorros también encima de mi.

El tercero se recostó y me pidió que me subiera en él, yo abrí las piernas me acomode sobre el y me la metió toda, empezó a entrar y salir de mi rajita que ya hasta palpitaba de tanto placer, el cuarto de ellos se acomodo detrás de mi y sin darme tiempo a negarme, me la metió por el culo (yo no la había hecho por ahí, a mi esposo cada que me lo pedía se lo negaba, era virgen de ahí) cuando entró su verga, solo grite porque sentí que me partió en dos pero el dolor se transformó en placer ahora estaba con dos vergas dentro de mi, una por delante y otra por mi culo, después de unos minutos sentí mi cuarto orgasmo y al mismo tiempo ellos se vinieron, los dos al mismo tiempo soltando chorros cada uno de semen dentro de mi.

Tomé mis ropas y me fui directo a mi recamara, después de un rato escuché que llegaba mi esposo y estuvieron conviviendo entre ellos, no sé si mi esposo tiene la idea de lo que me hizo vivir con sus amigos, no sé si algún día lo sepa pero no me puede culpar a mi de lo que pasó, pues él a eso me expuso, y lo peor es que me gustó la experiencia.
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