Una pequeña niña, fue llevada por la tía a la iglesia y aceptó a Jesús. Llegando a casa ella habló con los padres así: "Padre déjame ser creyente?" el padre y la madre dijeron: "No, en absoluto, somos seguidores de Mahoma."
Ella insistió tanto que los padres la dejaron: "Con una condición, luego de cada misa, cuando llegues a casa te vas a tomar una paliza!"
Ella igual aceptó "Todo bien!".
Ella iba al culto llegaba a casa una paliza, iba al culto llegaba a casa otra paliza. Un día la tía le dio un vestido blanco y ella cantó delante de la iglesia sola a los 12 años, ella tenía 1 año de convertida al catolicismo.
Cuando terminó la misa ella se quedó con las amigas, estaba todo el mundo feliz. Su Padre vino, tomó a la niña y la golpeó, ante la iglesia, ella cayó al piso, golpeó su cabeza y se lastimó mucho.
Arrestaron inmediatamente a su padre, así que la tía y el pastor se hicieron cargo de la niña y la pusieron en un banco, sacaron su vestido blanco mientras ella se quedaba perdiendo la conciencia. Perdía la conciencia y volvía, así que en ese instante cuando volvía a estar consciente ella preguntó "Pastor, dónde mi vestidito?".
El pastor le dijo "Olvida el vestido mi hija, está todo sucio de sangre, ponte firme, aguanta que el médico está llegando" Ella se volvió a apagar, luego volvió en sí misma y preguntó: "Tía.. Pastor, me dan Mi vestido, quiero mi vestidito blanco". Nuevamente el pastor le dijo: "Olvida el vestido, está todo sucio". esto sucedió cinco veces; la quinta vez que pasó eso la niña dijo: "Pastor, estoy viendo a Jesús allí en pie, y Me está diciendo que me va a llevar ahora, por favor, por el amor de Dios, por todo lo que es más sagrado, me da mi vestidito blanco?". El pastor preguntó: "Por qué?". Fue, tomó el vestido y se lo dio, ella abrazó el vestidito y fue cerrando los ojitos por última vez en esta tierra, y el pastor preguntó "Pero por qué quieres tanto ese vestido?" y las últimas palabras de ella fueron: "Yo quiero entrar con ese vestidito sucio de sangre en el cielo, para mostrarle a Jesús, que así como un día él sangró por mí, yo también sangré por él.
Fuente: Facebook
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Ella insistió tanto que los padres la dejaron: "Con una condición, luego de cada misa, cuando llegues a casa te vas a tomar una paliza!"
Ella igual aceptó "Todo bien!".
Ella iba al culto llegaba a casa una paliza, iba al culto llegaba a casa otra paliza. Un día la tía le dio un vestido blanco y ella cantó delante de la iglesia sola a los 12 años, ella tenía 1 año de convertida al catolicismo.
Cuando terminó la misa ella se quedó con las amigas, estaba todo el mundo feliz. Su Padre vino, tomó a la niña y la golpeó, ante la iglesia, ella cayó al piso, golpeó su cabeza y se lastimó mucho.
Arrestaron inmediatamente a su padre, así que la tía y el pastor se hicieron cargo de la niña y la pusieron en un banco, sacaron su vestido blanco mientras ella se quedaba perdiendo la conciencia. Perdía la conciencia y volvía, así que en ese instante cuando volvía a estar consciente ella preguntó "Pastor, dónde mi vestidito?".
El pastor le dijo "Olvida el vestido mi hija, está todo sucio de sangre, ponte firme, aguanta que el médico está llegando" Ella se volvió a apagar, luego volvió en sí misma y preguntó: "Tía.. Pastor, me dan Mi vestido, quiero mi vestidito blanco". Nuevamente el pastor le dijo: "Olvida el vestido, está todo sucio". esto sucedió cinco veces; la quinta vez que pasó eso la niña dijo: "Pastor, estoy viendo a Jesús allí en pie, y Me está diciendo que me va a llevar ahora, por favor, por el amor de Dios, por todo lo que es más sagrado, me da mi vestidito blanco?". El pastor preguntó: "Por qué?". Fue, tomó el vestido y se lo dio, ella abrazó el vestidito y fue cerrando los ojitos por última vez en esta tierra, y el pastor preguntó "Pero por qué quieres tanto ese vestido?" y las últimas palabras de ella fueron: "Yo quiero entrar con ese vestidito sucio de sangre en el cielo, para mostrarle a Jesús, que así como un día él sangró por mí, yo también sangré por él.
Fuente: Facebook