Era el último día del mes y yo estaba nerviosa pensando si mi tío me iba a pagar, ¿o los $ 500 que me daba cada vez que teníamos sexo era mi paga? Cuándo se fue el último paciente me llamó a su oficina, ya no jugábamos al Doctor porque ya teníamos confianza, y siempre hacíamos lo que nos daba la gana sin ningún pudor, así que llegué a su escritorio, me hinqué frente a su silla y le saqué la paloma, se la acaricié, se la sobé, se la pajeé y por último se la mamé como aprendí a hacerlo con mi otro tío: garganta profunda. Como siempre, después de tragar lechita me dio dinero, salimos a las cinco para mi casa, pero antes de bajar del carro me dio $ 5000 en efectivo, ese era mi sueldo, no lo podía creer, era una fortuna, al llegar mis papás les di la gran noticia.
Como siempre mi papá me dio un beso y me felicitó, nos contó que había contratado al tío Chato en la herrería y que con sus conocimientos de tecnología y mercadeo el negocio iba subiendo, que ya le había pagado la deuda a su hermano.
… pero mi mamá, ay Dios mío, ¡Mi mamá!... ni siquiera hizo alusión a los avances de mi papá, se fue directo contra mí… me miraba como una fiera, me preguntó si yo tenía algo con mi tío, porque esa cantidad no la ganaba ni ella con su sueldo de maestra, en fin, mi papá me defendió y el pleito fue tan grave que se separaron y mi papá tuvo que alquilar un cuarto. Yo temblaba de los nervios, ¿mi mamá sospechaba o sabía algo? Me quitó mi sueldo y me dijo que debía renunciar a “ese trabajito”, que mañana fuera a la clínica y le dijera a mí tío que por orden suya debía renunciar.
En los recreos le conté todo a Irma, pero no me dijo nada, le pregunté que qué le pasaba y dijo que estaba haciendo cuentas, que si cogía con mi tío 3 veces a la semana… eran $ 1500 por cuatro semanas que tiene el mes, eran…S 6000 más mi sueldo… daban $ 11000…
IRMA: Para una pendejita como tú… te sacaste la lotería con tu tío… a mí el mío solo me da para comprarme chucherías en la tienda.
YO: ¡¿Pero por qué solo tengo $ 20?!
Para mi buena suerte los dos últimos pacientes cancelaron su cita, eso me daba tiempo para hablar con mi tío Mario, le conté lo que me había dicho mi mamá y dijo que cuando me fuera a dejar a mi casa resolvería el asunto... yo sabía que él quería su mamada vespertina, me metí debajo de su escritorio y le saqué la pija, me la metí hasta la garganta, lo mamaba con ganas, para tener 55 años todavía se le paraba muy rico…
MAMÁ: ¡Perdón que venga sin avisar pero quiero que hablemos de la nena!
Se me atragantó la verga del susto y a mi tío le temblaba la voz, a pesar del peligro o justamente por eso, me tragué su poronga en silencio.
TÍO MARIO: Pasa, Regina, siéntate por favor.
MAMÁ: ¿Y la nena?
TÍO MARIO: Pues… vino a renunciar por orden tuya y se fue temprano.
MAMÁ: Dime la verdad, Mario ¿Qué está pasando entre ustedes dos? Lucrecia tiene trece años, es una mocosa… no es posible que gane más que yo.
TÍO MARIO: Si eso es lo que te molesta… le bajo el sueldo.
MAMÁ: No me creas una idiota… es cierto que el sueldo nos ayuda… pero…
TÍO MARIO: ¿… pero? Dime Regis ¿Qué te molesta?
MAMÁ: No me llames así… tu sabes bien lo que me molesta…
TÍO MARIO: ¿… estás celosa de tu propia hija?
MAMÁ: ¡Sí!... me mantengo con un carácter insoportable que ni yo misma me aguanto… no soporto tus desprecios…
TÍO MARIO: Ya hablamos de eso…
MAMÁ: Pero yo quiero seguir hablando… yo creí que cuando habías emborrachado a mi marido… lo tomé como una señal… por eso llegué a tu habitación a regalarme… ¿Sabes lo que me costó volver a desnudarme para ti… yo quería que me cogieras como antes… pero me obligaste a vestirme, me sacaste con violencia de tu habitación… ¡Me humillaste!
TÍO MARIO: Ya te dije que yo sería incapaz de hacerle eso a mi hermano.
MAMÁ: ¿Pero no te importa hacerlo con su hija?
TÍO MARIO: Estás delirando ¡Es mejor que te vayas!
Y justo en ese momento me inundó la boca de grumos. Mi mamá se levantó ofendida, yo estaba con la boca abierta sabiendo su secreto, mi tío me dijo que lo mejor era que no nos viéramos por un tiempo, me dio $ 2000 y me dijo que si necesitaba más que lo llamara, me fue a dejar a mi casa y no sabía la que me esperaba.
Cuando llegué oí gritos de mis papás, mi mamá me echó la culpa de todas sus desgracias… bueno nos dijimos tantas cosas feas… el caso es que mis papás se divorciaron, yo me quedé a vivir con mi papá y así recuperé mi trabajo… ahora sí iba a ahorrar.
Se acercaba mi cumpleaños número 14 y mi tío Mario me prometió hacer una fiesta en la finca. Por otro lado la herrería iba tan bien que mi papá me dijo que ya le faltaba poco para enganchar una casita, que alegría, y mi tío Chato puso su empresa tecnológica y tenía mucha clientela… solo de mi mamá no sabía nada.
Me decían mis amigas que yo era muy rara, que no le hacía caso ni a los mejores papacitos de la escuela, que solo me habían visto una vez enamorada de mi ex y ni siquiera tanto porque no me importó que cortáramos. Tenían razón, no me había enamorado, solo me gustaba pero ¿amor? Bueno, ya llegaría… de momento mi papá me había abierto una cuenta de ahorros que ya llegaba a los ¡$ 50000! ¿Cómo lo hice? Eso se los cuento luego, antes les voy a contar el patético caso de mi amiguita.
Resulta que Irma al ver como yo ahorraba tanto dinero, se aplicó y le empezó a pedir más dinero a su tío, yo le dije que abriera una cuenta de ahorros y me dijo que cómo iba a justificar tanto dinero en su casa, que prefería tenerlo bajo el colchón, en poco tiempo casi iguala mis ingresos, yo le preguntaba que cómo hacía y me dijo que la acompañara a la casa de su tío.
En el camino le advertí que yo no iba a coger con su tío ni por todo el oro del mundo, le extrañó y le dije que una cosa era acostarme con los hombres que me gustaban y mantenían y otra era convertirme en prostituta, ella solo levantó los hombros, llegamos a la casa del tío, era un viejo escuálido igual que ella, me contó que era albañil ¿De dónde sacaba Irma tanto dinero con un tío albañil? Habían tres viejos apestosos, esperando a Irma, la muchachita de trece años… el muy cabrón vendía a su sobrina y le daba la mitad, el viejo trató de convencerme que yo hiciera lo mismo y quise salir corriendo:
TÍO ESCÚALIDO: ¿A dónde vas muchachita? Irma, dile que si se va no hay negocio para ti.
IRMA: Por favor, amiga, quédate, te juro que ellos no te van a hacer nada y si lo intentan gritas, esta zona es muy poblada y mucha gente vendría en tu auxilio.
YO: Está bien, lo haré por ti.
TÍO ESCUÁLIDO: Bueno, vamos al catre y encuérate Irma.
Me daba tristeza ver como mi amiga se iba quitando la ropa, sus grandes chichotas se veían relucientes, pero su traserito desnalgado daba tristeza y con lentes se veía fatal… los tres viejos se jalaban sus vergas llenas de pelos canosos, todos apestaban a ron, pero a ron de varios días, ese que se fermenta en la boca y les huele a excusado, los tres viejos sacaron Q100.00 cada uno y se los dieron al tío escuálido, todos se pusieron condones… era un cuadro esperpéntico.
VIEJO: Ponte ahí con las patas abiertas que te voy a dar la culiada de tu vida, patoja cerota.
No importa la edad que tengan, todos los hombres se sienten los más grandes sementales… si supieran lo que una piensa de ellos…
VIEJO: Ya vas a ver cómo te voy hacer ver estrellitas.
IRMA: …ayyyyy… así, así Don Jacinto, que rico me chima, deme verga papito rico, métame toda su vergota, así, cójase a esta putita de trece años que le encanta que se la chimen por la pusa, más, más, más fuerte, ay que rico, más, más duro, si papito, que rico, más, así, así…
VIEJO I: Que rica estás, patoja cabrona, tienes una pusita de niña, bien apretadita, que rico, así mamita, mueve ese culito, así, así, me vengo ya, yaaa, que riiiiicooooooo.
Y no duró ni cinco minutos, el viejo le sacó su asquerosa verga, se vistió sin limpiarse, se tomó un trago y se fue, Irma se lavó la cuca en una palangana con agua, me daba asco ver esa imagen.
El viejo desdentado le dijo al escuálido que se la quería meter por el culo, le cobró Q25.00 más. El más viejo y panzón se acostó boca arriba, Irma se metió la verga y el viejo desdentado se la cogió por el culo. Era la cosa más denigrante que había visto en mi vida, el cuerpecito de mi amiga ni siquiera se veía, estaba aplastado por dos ancianos asquerosos, Irma les decía lo rico que sentía, yo sabía que lo hacía para que los viejos acabaran pronto, y así ocurrió, casi vomito cuando el viejo le sacó la verga del culo… venía llena de mierda ¡Qué asco! Todo me parecía Dantesco, pero lo que vino a continuación no lo podía imaginar ni en mis más sucios pensamientos, el desdentado sacó otro billete de Q50.00 y se lo dio al escuálido, Irma se hincó y le bañó la boca de orina, mi amiguita trataba de tragarse semejante inmundicia pero le salía por sus comisuras y la dejó inundada de su hediondos meados, los viejos se vistieron y se fueron, yo creí que ahí había terminado el tormento… Irma tenía todo el cuerpo sudoroso y bañado de meados, se volvió a lavar y se vistió, su tío le puso una máscara de luchador, le pregunté para que era y me dijo que para que los patojos no la reconocieran en la calle, el tío la llevo a una silla, la sentó y entró un muchacho como de doce años, le pagó $ 10 al escuálido e Irma lo empezó a mamar, como pude me escapé y al salir había una cola como de diez patojos esperando su mamada. No pude evitar llorar de la tristeza, la degeneración humana no tenía límites.
Como tenía mucho dinero me compre un teléfono celular, recibí una llamada de mi tío Chato, me citó el sábado en el Parque Central cerca de Catedral y me llevó en su carro nuevo a casa de Rosita, como yo le había dicho que quería repetir ese trío pues ni modo que me echara para atrás
Desde el cumpleaños de mi tío que no veía a Rosita, tenía una casa lujosísima, por algo era arquitecta, yo soñaba con parecerme a ella cuando fuera grande, me recibió con un beso en la boca, nunca ninguna mujer lo había hecho y yo creí que no me gustaba pero me encantó.
Tomamos vino, nunca lo había hecho pero estaba rico, solo que a la tercera copa ya estaba mareada, Rosita me dijo que lamentaba mucho el divorcio de mis padres y que me quería ayudar, me dio un sobre y dijo que lo abriera en mi casa, mi tío Chato sacó otro y me dio las mismas instrucciones, les agradecí mucho lo que hacían por mí.
Se pararon y se besaron, Rosita estiró la mano pidiendo que me acercara y por primera vez en mi vida sentí un beso a tres lenguas, fue delicioso, de ahí a la cama, entre metidas de mano, besos y caricias nos desnudamos los tres, mi tío Chato se paró en medio de la cama y Rosita le mamó la verga y yo le chupé su culo peludo, a los minutos tío Chato pidió cambio, ahora yo mamaba verga y Rosita culo peludo… luego fue Rosita la que se paró, mi tío se fue directo a sus nalgas y me volvió a tender la mano para que me hincara, ya sabía yo que los sobrecitos no iban a ser de gratis, pero para ser sincera lo hubiera hecho aún sin sobrecitos… me hinqué y por primera vez en mi vida me dispuse a mamar panocha, yo creí que me iba dar asco, pero me calentaba oír sus gemidos de placer cada vez que le chupaba su pusita, los cambios se sucedieron cada vez que quien era mamado(a) lo solicitaba… estaba visto que esa vez iba a ser de muchas primeras veces.
Mi tío le chupaba la concha a Rosita, yo la verga a mi tío y Rosita me mamaba a mí, así nos fuimos probando los sexos de todos, lo que más me gustó fue que Rosita me bañó la boca con sus jugos, no sabía que yo era tan buena mamadora del cucas… mi tío nos cogió a las dos mientras entre nosotras nos mamábamos las tetas…
ROSITA: Ven, mi niña, quiero que me chupes la pusa mientras Chato me chima el culo… así, ayyyy, méteme toda esa vergota cabrón, reviéntame el culo, párteme en dos, hijo de puta… y tu putita méteme tres dedos… así… más… méteme cuatro… ay… no importa que grite, méteme la mano si puedes…
Por más que lo intenté no pude, mi tío estaba curioso y le sacó la verga del culo.
TÍO CHATO: Prueba ahora, trata de meterle todos los dedos… ¿te duele Rosita?
ROSITA: Siento delicioso… trata de meter tu manita… ayyyy…. Sigue tratando… sé que me va a entrar toda… ayyy… ya entró… métela y sácala… puta, que rico… hazme mierda… ven, Chato, te quiero mamar la píja… aj… que jico…
YO: ¿Te gusta así, Rosita?
ROSITA: Sí putita… sácame la mierda si puedes… más… más… yaaa… me vengo… me veeeeengooooo… puuuutaaaaaaa, queeee riiicooo… yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Y era cierto, la punta de mis dedos salieron llenos de caca, me fui a lavar, me encantaba ser el juguete sexual de mi prima y de mi tío, cuando salí del baño, vi el cuadro más sorprendente que había visto en mi vida, Rosita se estaba cogiendo a mi tío en cuatro, con una vergota negra amarrada a su cintura…
ROSITA: ¿Te gusta?... Dime hueco de mierda que te gusta que te reviente el culo, dime puta cabrona… dime que te gusta… te voy a coger ese culo peludo hasta que chilles, Chata, hija de puta… y tú que haces ahí con la boca abierta, ven y lámele los huevos a esta marica hija de puta… ¿Te gusta, mierda?
TÍO CHATO: Me encanta, papito, méteme toda esa vergota hasta adentro, hazme tuya, hazme tu mujer, tu puta de mierda… ay que rica chimada me estás dando, así… ayyyy… me duele, pero me gusta… me voy a venir… sigue mamándome la verga Lucrecia, hasta adentro, dame verga papito yaaaaaaaaaaaaaaaa… nunca había sentido tanto placer, par de cerotas.
Ahora era mi turno, ¿Qué me harían? ¿Qué aprendería con este par de degenerados deliciosos?
TÍO CHATO: Hagan la tijera mientras me paseo viéndolas.
Por fin iba a saber que era la tijera.
ROSITA: Abre bien las piernas nenita, así mi amor, vas a ver lo rico que vamos a sentir.
Y puso su cuca sobre la mía y comenzó a frotármela, jamás imaginé que se pudiera gozar tanto entre mujeres, tal parecía que nuestras pusas (como dice mi prima) echaran fuego la una a la otra, estábamos empapadas, yo sentí los jugos de las dos recorrer hasta mi culo, que rico era esto, mi prima me agarró de una pierna y se frotó con fuerza, entre gritos y pujidos acabamos las dos al mismo tiempo, yo sentía como si fuera semen pegajoso entre mis piernas, me quise ir a limpiar pero no me dejaron, también aprendí que el olor a sexo nos excitaba…
El momento más rico de la noche fue cuando Rosita se acostó boca arriba con su verga negra a la cintura, me sentó encima de ella, al principio me lastimaba… ella dejó que la cabalgara, hasta que me senté totalmente en ella y pude sentir los pelitos de su raja en mis nalguitas, era seña que me la había tragado toda, mi prima me apretaba los pezones con furia, me dolía pero no quería que parara, mi tío se puso atrás de mí y me la dejó ir de un solo envión, los ojos se me pusieron en blanco y empecé a pujar como la puta que no quería ser, pero pujaba y me encantaba estar llena por mis dos hoyos sexuales, fueron tantas las arremetidas de vergas que solté un grito ronco de leona recién parida, cuando me vino el orgasmo más intenso que había probado en mi vida…y solo tenía trece años…
Al llegar a mi casa lo primero que hice fue abrir mis sobres, el tío Chato, saber con qué esfuerzos me había regalado $ 750 pero el otro sobre estaba bien gordo, habían $ 3000 no lo podía creer entre mis tíos Mario y Chato, mi prima Rosita y lo poquito que me daba mi papá fui haciendo mi enorme fortuna.
Con el tío Mario seguíamos nuestra rutina de coger tres veces por semana con mi respectivo regalo, con mi prima y mi otro tío se volvió costumbre cogernos los sábados y cada vez me daban más dinero y mi papito que me daba · 100.00 al mes para mis buses y mis chucherías de la escuela, a pesar de eso no quería distraerme de los estudios, sabía que cuando tuviera la edad de mi prima, nadie me iba a dar tanto dinero.
Por las noches siempre cenaba con mi papá, le pregunté qué cuanto le faltaba para enganchar la casa, me dijo que le faltaban $ 15,000 lo besé y le mentí diciéndole que había ahorrado tres de mis sueldos en la clínica y que mañana mismo fuera a enganchar la casita, me abrazó con lágrimas en los ojos y me dijo que también me tenía una sorpresa.
Tocaron a la puerta y me presentó a una señora, ni guapa, ni fea, pero con una dulzura incomparable, me ganó inmediatamente, era la novia de mi papá, yo los abracé y los felicité, Elodia tenía tres hijos de su anterior matrimonio, dos varones de cinco y ocho años y una nena de tres, luego los conocí y nos caímos bien, al enganchar la casita, se vinieron a vivir con nosotros, ahora éramos seis en la familia.
Los domingos me juntaba con Irma a hacer las tareas de la escuela, y ahora con mayor razón, le quería presumir mi casa nueva, se la presenté al resto de la familia y nos fuimos a mi cuarto, le pregunté que cómo aguantaba coger con esos viejos apestosos y que encima la mearan, me contestó que para mí era fácil conseguir hombres de dinero, como era tan bonita, pero que ella se conformaba con esos viejos porque ni los jóvenes de nuestra edad le hacían caso, sentí una enorme compasión por ella.
Por fin mi tío Mario me dijo su tercera condición, yo me reí porque ya me había dado verga hasta por debajo de las orejas, pero igual lo escuché, quería ponerme un apartamentito cerca de su casa y que me fuera con él los fines de semana a la finca, que él hablaría con mi papá para que yo no tuviera problemas, ¿Qué patoja a mi edad no le gustaría vivir sola y con pisto? Pero por otro lado eso me alejaría del Tío Chato y de Rosita, él quería que fuera su juguete exclusivo pero de bajo de agua, hasta me prometió que si yo quería despediría a la sirvienta con todo y su hija, muy a mi pesar tuve que rechazar su oferta, él se puso muy triste, no soportaba el rechazo… y me dejó con la boca abierta cuando dijo que ME AMABA, que me parecía mucho a mi mamá… no sabía que decirle, y para que no creyera que lo rechazaba, le dije que me moría de ganas de verlo cómo se cogía a Liz y que si quería nos cogiera a las dos.
Preparó todo para ese fin de semana, llegamos a la finca… si aceptas todo esto será tuyo, le dije que lo pensaría… de lo que son capaces los hombres por un culito… por la noche despidió a la sirvienta y le dijo a Liz que se quedara para atendernos, Liz y su mamá eran indígenas de Totonicapán y me moría de la risa cuando hablaba español, porque en su tierra se hablaba quiché, y mi tío hablaba su idioma, pero como yo no, hablábamos en español:
TIO MARIO: ¿Te bañaste, Liz?
LIZ: No me ves mi pelo todo mojado pue, tócame la trenza…
TÍO MARIO: ¿Te lavaste bien el numerito?
LIZ: Simón, así como ti gusta ¿Ti sirvo un tu guiskey, dotor?
TÍO MARIOS: No, mejor andá a preparar la cama.
LIZ: Vos me quirés pisar el cul.
YO: ¿Qué dijo?
TÍO MARIO: Que la quiero coger por el culo. Bien, vamos a la habitación… desnudate Liz…
LIZ: ¡¿Aquí delante de la niña Luscrescia?!... me va a ver mi cucaracha toda peluda… me das vergüenzas.
YO: No tengas pena Liz, si querés yo también me desnudo.
LIZ: Va, ta gueno, al dotor sí lo en mirujiado el pelotas pero a vos no.
YO: Vení, desnudemos a mi tío.
LIZ: Pero ¿cómo así? Vos sos su sobrina, vas a dejar que ti mita el huevo también, eso es pecado, son de las misma sangres.
YO: ¿En tu familia no se cogen entre ustedes?
LIZ: Sí, pero dice el cura que es porque somos ignorantes, que eso lo castiga Diosito.
TIÓ MARIO: Ya déjate de hablar babosadas y acostate.
YO: Yo los quiero ver primero, tío.
LIZ: Put, te vas a qurdar a ver cómo me pisa tu tío, te va salir escúpelo, niña, ándate a rizar un tu ave maría o un tu padre nuestro
Yo me moría de la risa, esta Liz me divertía mucho, y mi tío estaba muy caliente de tener a dos menores de edad para él solito, Liz le mamaba la pija con mucho esmero, le chupaba las bolas, se metió los dos huevos a la boca, era trompuda la Liz, luego se la cogió, pero ella solo se tapaba la cara de la vergüenza, no se movía, solo se dejaba hacer, tenía muy bonito cuerpo, pero lo que más me llamó la atención fueron sus grandes chiches, las tenía más grandes que Irma… cualquiera se estuviera masturbando al ver ese cuadro, pero no estaba caliente, la situación me divertía, ver el culito peludo de mi tío penetrandola me daba risa.
TÍO MARIO: Ven amor… únete a la fiesta…
LIZ: ¡Qué! ¿Cómo le vas a hacer, si solo tienes un huevo?
TÍO Mario: Hay variantes Liz, quiero que Lucky se siente en tu cara y vos le chupas su vaginita.
LIZ: ¡No, dotor! Eso es cochino, si hago eso me huir de jeta al infierno, mujer con mujer no se vale, solo hombre con mujer.
YO: No, Liz, te voy a enseñar cómo se hace, deme permiso tío, le voy a chupar su cosita para que sienta lo rico que es… ¿Te gusta?... ¿Te gusta cómo chupo tu clítoris?
LIZ: ¿Mi qué?
TÍO MARIO: Tu gallito.
LIZ: Ah, dale pues niña, se siente sabroso… huy mi falta el aigre… casi miahogo… huy que ric…
YO: Ahora vas a sentir rico aquí…
LIZ: Esta bien sabrosa tu lengua en mi culo… eso sí mi lo hace rico el doctor, pero vos también lo haces bie ric…
YO: ¿… y aquí te gusta?
LIZ: Seguí niña, que rico me chupás todo mi chichorio.
Así inicié a Liz en los placeres de Lesbos, mi tío se la volvió a coger, yo me senté sobre su cara y ella por fin aprendió a mamarme la cuca, mi tío nos puso a hacer un 69 de ladito y nos cogía por las cucas y por los culos, alternativamente, en eso se abrió la puerta y vimos a la mamá de Liz, era el karma, mi tío me había encontrado en un trío y ahora él enfrentaba la misma situación, la señora pegó de gritos, nos insultó, le dijo a su jefe que le pagara su tiempo, mi tío le dio una cantidad generosa y su mamá sacó de las greñas a Liz completamente desnuda.
TÍO MARIO: Qué lástima, llevaban mucho tiempo trabajando para mí, pero lo que más lamento es perderme la oportunidad de tener a dos culitos jóvenes para mí solito.
No sé por qué, pero pensé en Irma…
Escrito por: Bárbara Kaamla