Blog de poesía, cuentos, relatos, humor rojo, terror, amor, romance y más de la literatura anónima encontrada en Internet.

miércoles, 10 de abril de 2019

La historia de la monja del vaso

Una historia de terror espeluznante: "La historia de la monja del vaso". Si te dio miedo, no olvides compartir en tus redes sociales.

La historia de la monja del vaso

Historias de terror : La historia de la monja del vaso

La Monja del Vaso con Agua, llamada simplemente la Monja del Vaso o también, la Monja del San Juan de Dios, es un fantasma legendario del folclor costarricense, según la leyenda hace visitas a los enfermos graves, del Hospital San Juan de Dios de San José, el más antiguo del país, atendido en el pasado por religiosas de la Orden Hermanas de la Caridad. Estas vestían de blanco y usaban una toca en forma de barco de papel.

La leyenda describe que el fantasma de la monja del vaso, se caracteriza por llevar en la mano un vaso con agua, ya que se cuenta que se trata del alma en pena de una religiosa que, en vida, negó este último deseo a un moribundo, razón por la cual quedó maldita y su espectro, desde entonces, se pasea por las noches por los pasillos del viejo hospital, ofreciendo a los pacientes más vulnerables, el vaso de agua que en vida les negó. La leyenda cuenta que aquellos que beben del vaso, sanan milagrosamente, mientras que otras versiones dicen que, ante el miedo que la aparición produce, nadie acepta el vaso, por lo que el alma de la monja no puede descansar.
Se dice que el fantasma, cuyo hábito y pies no tocan el suelo, produce una sensación de paz y curación cuando visita a los enfermos en los lechos, otros reportan haber sentido una sensación de miedo y de escalofrío cuando la han visto desaparecer por los pasillos sin dejar rastro.

Convencidos de su existencia algunos doctores y también enfermeras, mencionan su nombre en voz baja, reconociendo que el fantasma conocido como: “La Monja del Vaso”, existe y que continúa protegiendo a los enfermos graves del Hospital San Juan de Dios de San José.

Fuente : Internet
Read More

martes, 9 de abril de 2019

La leyenda del Coquena

Coquena, dueño de toda la puna…Coquena es el dios bueno que protege a las vicuñas, a los guanacos y a todos los animalitos de la montaña. Le queda grande el sombrero y como es tan pequeñito la camiseta de lana le arrastra.
Por las noches arrea su rebaño de llamas cargadas de oro y de plata y se roba los guanacos cuando sus dueños los cargan demasiado. Tiene una mano de lana, liviana y suave para acariciar, y otra mano de plomo, dura, muy dura, para castigar. Por eso Coquena puede ser muy generoso o terrible. Por eso todos temen y respetan a Coquena. ¿Será cierto que anda por los cerros, silbando, apoyado en un largo bastón? ¿Será cierto que guía a las cabras, a las llamas, a todos los animales que pierden el rumbo?

La leyenda del Coquena

Cuentan que el Chango, un pastorcito indio, muy joven, que vivió en los valles de la hoy provincia de Salta, hace muchos, muchísimos años, vio una vez a Coquena. El Chango era pastor de cabras; como eran tan pocas, ¡apenas cinco! él le llamaba “mi majadita”. Pero las cuidaba como si fueran muchísimas y siempre andaba buscándoles los mejores pastos y los arroyos de agua más clara.
Los otros pastores de la zona, viendo cuánto cuidado tenía por ellas, sabían burlarse de él, por gusto de divertirse nomás:
-¡Cuidado con la majada, Chango. -¡No vas a equivocarte al contarlas!
¿Estás seguro de que están todas, Chango?
Pero él siempre les contestaba riendo: -¡Cinco son más que una y una es más que ninguna!
Un día, los pastores que tenían majadas grandes le dijeron: -¿Por qué no vas del otro lado del Cerro Grande? Hay un río y pastos
tiernitos, tiernitos. ¡Y a montones! ¡Como para que coman “todas tus cabras”!
-Y ustedes… ¿Por qué no van? -preguntó el Chango.
Y… es que es muy lejos – dijo uno. -Y el camino muy trabajoso -dijo otro.
-¡Yo voy a ir! -dijo el Chango muy contento.
-¿Por cinco cabras? -¡Estás loco!
-¡Sí, sí, voy a ir! Aquí el pasto es muy duro y las pobres se están poniendo muy flacas.
Y se fue el Chango, cantando bajito, con sus cabras, en busca de pasto tierno. Las cuestas eran cada vez más empinadas, las rocas cada vez más duras. Y después de mucho andar por senderos desolados y peligrosos desfiladeros, llegó, al fin, al valle. El Chango se quedó maravillado. Aquello era más hermoso de lo que nunca pudo imaginar.
Pero ¿Cómo es que nadie lo había visto antes? -¡Vaya que había sido grande! exclamó ¡Y qué verde! Aquí pueden pastar muchísimas cabras. ¡Tengo que decirles a los otros que vengan!
Las cabras brincaban locas de contentas y comieron hasta hartarse. En tanto, el Chango, sentado en el suelo, las miraba y pensaba: -¡Qué lindas que son! Cuando la negrita tenga un cabrito van a ser seis, y seis cabras son más que cinco. Y después, a lo mejor la Manchada tiene también uno, y entonces van a ser siete, y siete cabras son más que seis. Y después…
Así pensaba cuando se dio cuenta de que ya estaba por anochecer.
-¡Bueno, golosas, ya es hora de volver a las casas! ¡Vamos! ¡Vamos!
Apenas habían empezado a andar cuando negros nubarrones cubrieron el cielo y todo se oscureció. Primero fueron unas gotas y después se desató una terrible tormenta. El viento era tan fuerte que tenía que aferrarse a las rocas para no caer. La lluvia caía a torrentes y, para colmo, un trueno espantó a las cabras que echaron a correr por todos lados. El Chango empezó a llamarlas a gritos pero estaban muy asustadas y cada vez se alejaban más. Trabajosamente, una a una, las fue reuniendo y las llevó a un refugio entre las rocas, para esperar que pasara la tormenta.
Cuando las contó se dio cuenta que faltaba una: -¡La negrita!-gritó.
Y salió a buscarla, desesperado, pensando que acaso se había caído por la pendiente. Tal vez se habría lastimado. -¡Negrita! ¡Negrita!
Desde lo alto del desfiladero, vio allá en el valle verde, un gran rebaño de llamas. ¡Nunca había visto tantas juntas!
Las llamas seguían su camino, y subían, subían, ordenaditas y seguras, como si alguien las guiara.
Pero ¡no vio ningún pastor con ellas!
-¡Es Coquena- pensó -es el dios enanito que las lleva. Sólo él puede hacerse invisible.
-¡Coquena! ¡Coquena! ¡Ayúdame por favor! Y empezó a correr y gritar tras el rebaño. -¡Coquena! ¡Coquena!
Pero las llamas habían desaparecido tras el desfiladero y sólo se veía el valle, ya casi oscurecido, iluminándose de tanto en tanto a la luz de los relámpagos. De pronto vio un pequeño bulto, tirado sobre las piedras.
-¡Mi Negrita! -dijo con alegría- Pero cuando se agachó vio que no era su cabra sino una llama pequeña, y al parecer, herida.
-Debe ser del rebaño-pensó, y dijo mientras la acariciaba: -¡Pobrecita! No tengas miedo, yo voy a curarte. Pero si estás temblando… ¡y mi poncho tan mojado! Voy a llevarte con mis cabras, para que te abriguen. Y cuando estés bien volverás con tu rebaño.
Le hablaba con la misma ternura que a su Majadita, pero cuando fue a alzarla, en vez de la llamita se apareció el mismísimo Coquena. El Chango se quedó mudo de la emoción y asombro. Tieso…con los brazos extendidos.
Entonces habló Coquena: -Eres bueno, Changuito, muy bueno. Pide lo que deseas. ¿Quieres oro? ¿Quieres plata? ¿Quieres una majada grande, que cubra todo el valle?
-Gracias, Coquena. No quiero nada de eso…¡Por favor! Ayúdame a encontrar a mi cabrita perdida.
Al dios enanito le brillaron los ojos de contento y, señalando con su mano liviana hacia el norte, dijo: -Sigue hasta donde el desfiladero termina, dobla a la izquierda y hallarás una cueva. Todo lo que esté junto a tu cabra, es tuyo. ¡Es la voluntad de Coquena! Y así desapareció.
En la cueva encontró el Chango a la Negrita y, junto a ella, una bolsa con monedas de oro y plata.
Ya casi amanecía cuando emprendió el regreso a las casas, con sus cinco cabras. La lluvia había cesado.
Cada tanto se daba vuelta, y allá a lo lejos, a la luz de los primeros rayos del sol, le parecía ver los lomos dorados de las llamas de Coquena.
Read More

Leyenda del Palacio de los Bichos

El palacio de los bichos o El castillo de Villa del Parque es como se conoce popularmente a una mansión ubicada en la calle Campana 3220, barrio de Villa del Parque, en la ciudad de Buenos Aires.
Esta mansión de cinco pisos que terminan en un torreón y cúpula, llama la atención por las figuras de animales grotescos que decoran sus paredes, con algo de las gárgolas de catedral gótica.
Por eso la gente del barrio, en Villa del Parque, la bautizó El Palacio de los Bichos. Fue construido a comienzos del siglo XX por el ingeniero Muñoz González a pedido de un aristócrata italiano que le quiso regalar la casa a su hija y yerno como regalos de bodas.
El palacio fue terminado antes del casamiento, por eso hizo una gran fiesta para boda de su hija en el palacio con mucho baile y bambalinas de aquella época. Cuando los novios partían para su luna de miel, su padre y los invitados lo saludaban en los balcones de la casa, a escasos treinta metros se encuentran las vías del tren.
Los invitados horrorizados observaron como el tren chocaba con el carruaje que transportaba a los novios matándolos en el acto. El padre nunca pudo superar la pérdida y mandó a cerrar el palacio para siempre. Esta mansión dio nacimiento a la leyenda en la cual se dice que hay noches en que se escucha música y se ve gente bailando, se habla de los fantasmas de los novios.

Leyenda del Palacio de los Bichos

Read More

La leyenda de la Umita

La Umita, es una historia que suele contarse en el noroeste argentino. La palabra Uma se utiliza en el quichua para referirse a la cabeza, quizás de ahí, que Umita no sea ni mas ni menos que el diminutivo, ya que, precisamente la leyenda se basa en una cabeza de hombre, que flota por los aires, dando sustos con su aspecto, una enorme cabellera, ojos saltones y una gran dentadura, llorando y gimiendo en las noches.

Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo, una de las tantas tribus que habitaban nuestras tierras, fueron atacadas por malones que degollaron a todos, sin discriminar hombres de niños. Fue así, que uno de los niños, elegido por la madre tierra, al rodar su cabeza por el suelo, esta hecho raíces para que pueda vengarse y perseguir a los protagonistas de dicha barbarie.

Anduvo por los caminos, quejándose llorosamente, hasta que los encontró y con su enorme cabellera los asfixió, a uno por uno.

Desde entonces se cuenta que la Umita suele aparecerse para guiar o proteger a las buenas personas del peligro que pueda acecharles.

Suele encontrarse en viejas taperas, ranchos abandonados, en lugares solitarias, por las noches, en busca de contar su queja, en especial a los viajeros, que lo único que hacen es espantarse, obviamente, ante dicho espectáculo.

Hay muchos casos de personas que la han escuchado, quejarse en pleno monte, o escucharla llorar, acompañada de un aire sigiloso y extraño, dando al cuerpo una enorme sensación de escalofríos que le recorre todo el cuerpo, pero por supuesto, no hay tiempo de análisis sino de correr.

Por otro lado, está el caso de quienes cuentan que se hacen acompañar por la Umita, en esas noches muy oscuras, para sentirse protegidas del peligro, pero es solo algo para valientes .

La leyenda de la Umita

Fuente: Internet
Read More

La Leyenda de la Flor del Ceibo

Según cuenta la leyenda la flor del ceibo nació cuando Anahí fue condenada a morir en la hoguera, después de un cruento combate entre su tribu y los guaraníes.

Por entre los árboles de la selva nativa corría Anahí. Conocía todos los rincones de la espesura, todos los pájaros que la poblaban, todas las flores. Amaba con pasión aquel suelo silvestre que bañaba las aguas oscuras del río Barroso. Y Anahí cantaba feliz en sus bosques, con una voz dulcísima, en tanto callaban los pájaros para escucharla. Subía al cielo la voz de la indiecita, y el rumor del río que iba a perderse en las islas hasta desembocar en el ancho estuario, la acompañaba.

Nadie recordaba entonces que Anahí tenía un rostro poco agraciado, ¡tanta era la belleza de su canto!.
Pero un día resonó en la selva un rumor más violento que el del río, más poderoso que el de las cataratas que allá hacia el norte estremecían el aire. Retumbó en la espesura el ruido de las armas y hombres extraños de piel blanca remontaron las aguas y se internaron en la selva. La tribu de Anahí se defendió contra los invasores. Ella, junto a los suyos, luchó contra el más bravo.

Nadie hubiera sospechado tanta fiereza en su cuerpecito moreno, tan pequeño. Vio caer a sus seres queridos y esto le dio fuerzas para seguir luchando, para tratar de impedir que aquellos extranjeros se adueñaran de su selva, de sus pájaros, de su río.

Un día, en el momento en que Anahí se disponía a volver a su refugio, fue apresada por dos soldados enemigos. Inútiles fueron sus esfuerzos por librarse aunque era ágil.

La llevaron al campamento y la ataron a un poste, para impedir que huyera. Pero Anahí, con maña natural, rompió sus ligaduras, y valiéndose de la oscuridad de la noche, logró dar muerte al centinela. Después intentó buscar un escondite entre sus árboles amados, pero no pudo llegar muy lejos. Sus enemigos la persiguieron y la pequeña Anahí volvió a caer en sus manos.

La juzgaron con severidad: Anahí, culpable de haber matado a un soldado, debía morir en la hoguera. Y la sentencia se cumplió. La indiecita fue atada a un árbol de anchas hojas y a sus pies apilaron leña, a la que dieron fuego. las llamas subieron rápidamente envolviendo el tronco del árbol y el frágil cuerpo de Anahí, que pareció también una roja llamarada.

Ante el asombro de los que contemplaban la escena, Anahí comenzó de pronto a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que entregaba su corazón antes de morir. Su voz dulcísima estremeció a la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamada.

Con los primeros rayos del sol, se apagaron las llamas que envolvían Anahí. Entonces, los rudos soldados que la habían sentenciado quedaron mudos y paralizados. El cuerpo moreno de la indiecita se había transformado en un manojo de flores rojas como las llamas que la envolvieron, hermosas como no había sido nunca la pequeña, maravillosas como su corazón apasionadamente enamorado de su tierra, adornando el árbol que la había sostenido.

Así nació el ceibo, la rara flor encarnada que ilumina los bosques de la mesopotamia argentina. La flor del ceibo que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe.

Fue declarada Flor Nacional Argentina, por el 23 de diciembre de 1942. Su color rojo escarlata es el símbolo de la fecundidad en este país.

La Leyenda de la Flor del Ceibo
Read More

Etiquetas

10 poesías para Navidad 100 Poesias con A 1800 1984 2016 2020 2021 4 Poemas Para Martita Aborigen Abuelos Accion Noetica Ahijada Aleister Crowley Alemania Alicia en el país de las maravillas Amantes Amazonas Amiga Amigo Amistad Amor Anal Anarquía Animales Ano Anónimo Antiguo Antoine de Saint-Exupery Año Nuevo Apellido Apodos Árboles Argentina Armando Manzanero Arte Asesinatos Asesinos seriales Astral Atletismo Audio Autopsia Autos Aves Avión Bailando por un Sueño Baño Barack Obama Barcelona Basada en hechos reales Bebés Belleza Beneficios Bicicleta Biografía Bizarras Blancanieces Bob Dylan Bob Esponja Boludos Booktubers Boxeo Brasil Brujas Caca Cadáveres Cádiz Café Calafate Canadá Canciones Cantantes Cánticos de Tribuna Caperucita Roja Carpe Diem Cartas Casos Cataluña Ceibo Celda Celebridades Celos Celulitis Cementerio Centroamérica Chaparrita Charles Bukowski Charrúas Chile Chiste Chris Namús Ciencia Ciencia Ficción Cine Circo Ciudades Clásicos Colas Colegiala Colibrí Colombia Comediante Comida Compadre Compositores Comprar Confesión Consejos Conspiración Coquena Cordoba Cornudo Coronavirus Corrientes Cosas Curiosas Costa Rica Creencias Crimen Cristianismo Croacia Cuba Cuentos Cuentos cortos Cuentos de hadas Cuerpo Culos Cumbia Cuñada Cura Curiosidades Datos Curiosos Deborah Rodriguez Declaración Delfín Delincuente Deportes Deportistas Derecho Derechos Humanos Desmotivaciones Desubicados Día Día de la mujer Día Internacional del Orgasmo Diablo Dibujos Animados Dichos Diego Maradona Dinamarca Dios Disney Divorciada Doctor Drácula Duendes Edad Eduardo Galeano Educación Egipto El hombre del sombrero El Patito Feo El Poeta Gabriel El Principito El Señor de los Anillos Empleada Enfermeras Entes Entre Ríos Entrevista Erección Esclavitud Escribir Escritores Escuela España Español Espejo Espíritus Esposa Esposo Estados Unidos Estafas Europa Ex Exorcismo Expresiones Facebook Fake News Familia Familia Jodida Famosos Fantasmas Fantásticos Farándula Farmacia Felicidad Femenino Feminismo Filosofía Fin de año Florencia Peña Flores Forense Fotos Frases Freddy Krueger Frederick Kruger Frida Kahlo Fuego Fuego y Sangre Fútbol Gabriel García Márquez Gabriel Marquez Garcia Galletas Game of Thrones Gargamel Gárgolas Gatos Gauchos Gay George Orwell George RR Martin GIF Gigantes Gorditos Gordos Graffitis Gramática Guadalajara Guaraní Hablo de mi Hans Christian Andersen Hansel y Gretel Harry Potter Hermanas Hermanos Hija Hijastra Hijo Historia Historias Holanda Hombre lobo Homero Simpson Horror Hospital Hot Humor Iglesia Imagenes Incesto Indios Infancia Infidelidad Información Inglaterra Instagram Internet Interracial Inventos Invierno J.K. Rowling Jacobo Winograd Jaimito Japón Jeepers Creepers Jefe JJOO Joanne Rowling John Sladek Jovencitas Juana de Ibarbourou Juego de Tronos Juegos Olimpicos Julio Cortázar Justicia Karma Kurupi La Bella Durmiente La catrera La Cenicienta La guillotina La huérfana La poesía y el fútbol un solo sentimiento La Sirenita La Sociedad de los Poetas Muertos La Telesita Latinoamérica Laura Ingals Lectura Leer Lengua Lenguaje Inclusivo Lesbianas Letra Leyenda Leyendas Leyendas Urbanas Leyes Libros Literatura Lluvia Lobo Lobo feroz Londres Los Pitufos Los Rugrats Luchona Lucifer Luz Machismo Madre Madre Soltera Madrid Magia Mala Fama Malasia Malasya Airlines Maldición Mamá Manicura Marido Marihuana Mary Poppins Masaje Mascotas Masturbación Matrimonio Mayas Medicina Médico Medusa Memes Mendoza Mensaje Positivo Menstruación Mentira Messi Mexico México Miedo MILF Militar Misiones Mitología Griega Mitología Hebrea Mitos Mónica Farro Monjas Monstruos Moraleja Morgue Motivacional Motumbo Muerte Mujer Mujeres Muñecas Música Nalgas Navidad Necrofilia Necropsia Negro Beto Nickelodeon Niños Noche Noticias Novia Nuera Ocultista Oda Orfanato Orgasmo Origen Orto Ouija OVNIs Padrastro Padres Padrino Pájaros Palabras Pandemia Papá Papá Noel Papas Fritas Para Mujeres Paraguay Paranormal Pareja Pasado Pastor Patagonia Payadas Pedo Película Pelirroja Pene Pennywise Pensadores Perros Perseverancia Pesadillas Pete Pinocho Pintores Piratas Piropos Piropos para Hombres Playa Pobreza Poema Poemas para esa orto Poemas para ese orto Poemas para la fiestera de tu hermana Poesía Urbana Poesiando desde Miami Poesías Poesías de estación Poesías para Tu Hermana Poesías Varias Poetas Policía Policiales Política Pombero Popol Vuh Porno Presidente Preso Prima PRIME Prisión Prisionero Profesor Prohibido Prostitutas Punta del Este Puta Racismo Rafael Barrett Rapunzel Raymond Queneanu Redes Sociales Reencarnación Reflexiones Relatos Relatos Eróticos Religión Resiliencia Responsabilidad Rio 2016 Roberto Carlos Rubias Rusia Rusia 2018 Sabés como le dicen Salamanca Salta Salud San Valentin Santa Claus Santiago de Chile Sapos Series Servicios Sex Shop Sexo Sexo oral Sexualidad Sobrina Sobrino Suegra Sueños Swinger Tamaño Tango Tatuajes Taxi Te doy Te doy hasta que Tecnología Teléfono Tennesse Terror Tesis Texto The Joker Tía Tik-Tok Tinder Tío Tips Titanic Trabajo Tradiciones Traseros Trío Tu hermana Tu mamá Tu novia Tumba Tuteo Twitter Umita Universidad Uruguay Usain Bolt Vacaciones Vagina Vecina Vecino Veneno Venganza Ventajas Ventas Ventrículo Verano Verdad Verídicas Vibrador Videos Viejas Viejos Villera Vincent van Gogh Violación Virgen Virus Vomito Walt Whitman Whatsapp Xuxa XXX Youtube

© 2011 El Poeta Gabriel: Cuentos, relatos y poesía, AllRightsReserved.

Designed by El Poeta Gabriel