El nombre deriva de una antigua leyenda aborigen que relata que un grupo de indígenas que era perseguido por otro grupo rival se percató de que sus perseguidores habían desaparecido durante la noche, y alertados sobre ciertos quejidos y lamentos cautelosamente volvieron sobre sus pasos. Allí encontraron al grupo perseguidor atrapado en dos pozos que se hundieron bajo sus pies, y sus cuerpos ahogados. Veneraron el sitio que les salvó de sus enemigos como el "lugar en donde lloran las ánimas".
Es una formación geológica del Departamento Malargüe, en la Provincia de Mendoza, ubicado junto a la Ruta Provincial Nº 222, cerca del arroyo Las Amarillas. Este fenómeno natural ha sido catalogado como un ojo de mar originada por la transformación de los depósitos subterráneos de terrenos blandos tales como el yeso que, por efecto de las filtraciones de las napas freáticas subterráneas, producen una disolución del suelo, formando derrumbes y depresiones del terreno, conformando grandes pozos de forma cónica y circular debajo de la superficie.
El Pozo de las ánimas está conformado por dos depresiones, divididas entre sí por una estrecha separación, que se supone que con el paso de los años terminarán por unir los dos pozos en uno solo, debido al proceso de erosión. Se estima que el tamaño de los pozos se aproxima a los 200 metros de diámetro, los 80 metros de profundidad hasta el lago y unos 20 metros de profundidad bajo el agua. Las mediciones fueron realizadas en 1981 por un equipo de científicos dirigido por Rodolfo Rogelio Rocha.
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Es una formación geológica del Departamento Malargüe, en la Provincia de Mendoza, ubicado junto a la Ruta Provincial Nº 222, cerca del arroyo Las Amarillas. Este fenómeno natural ha sido catalogado como un ojo de mar originada por la transformación de los depósitos subterráneos de terrenos blandos tales como el yeso que, por efecto de las filtraciones de las napas freáticas subterráneas, producen una disolución del suelo, formando derrumbes y depresiones del terreno, conformando grandes pozos de forma cónica y circular debajo de la superficie.
El Pozo de las ánimas está conformado por dos depresiones, divididas entre sí por una estrecha separación, que se supone que con el paso de los años terminarán por unir los dos pozos en uno solo, debido al proceso de erosión. Se estima que el tamaño de los pozos se aproxima a los 200 metros de diámetro, los 80 metros de profundidad hasta el lago y unos 20 metros de profundidad bajo el agua. Las mediciones fueron realizadas en 1981 por un equipo de científicos dirigido por Rodolfo Rogelio Rocha.