La verdadera historia de Alicia en el país de las maravillas es realmente triste.
Recuerdan que los grandes cuentos de hadas son de otra época, la realidad era diferente y los valores extremadamente conservadores.
Así que tener una hija esquizofrénica era considerado un fenómeno, un crimen.
Los padres de Alice decidieron mantenerla en un sanatorio, y ella permanecía en la mayor parte del tiempo drogada. Cuando no estaba medicada, era violada por los empleados. La niña tenía sólo 11 años.
Cada uno de los personajes y objetos de la historia tiene que ver con un deseo o experiencia de Alice.
El agujero por el que entra en el país de las maravillas es, en realidad, una ventana de su habitación, donde quedó atrapada toda su vida, por la cual ella deseaba salir y conocer el mundo a su alrededor.
El conejo blanco, para ella, representaba el tiempo.
Ese tiempo que ella deseaba que pasara pronto, para que un día ella pudiera salir de ese lugar.
El tiempo que ella veía pasar tan rápido, pero tan lento...
El sombrerero loco era otro interno, su mejor amigo.
Alguien que dejaba su vida en el hospital menos amargada, con quien creaba varias teorías sobre cómo sería la vida ahí fuera.
El chico, en realidad, sufría de síndrome bipolar, así que la personalidad del sombrerero en la historia lo mostraba alegre, depresivo, tranquilo, enojado.
La Liebre, compañera del sombrerero, era la niña que compartía la habitación con él. Sufría de depresión profunda, y cada vez que Alice tuvo contacto con ella, la encontró en un estado de terror y paranoia.
El gato de Cheshire: uno de los enfermeros, en quien Alice confió, pero terminó por violentarla.
La sonrisa del gato, el que está tan marcado, era en realidad la sonrisa oscura que su atacante abría, cada vez que abusaba de ella, y la dejaba tirada en una esquina de su alojamiento, derrotada, triste y eclipsada.
La Reina de corazones: la directora del sanatorio.
Una mujer mala y despreciable que ni siquiera sentía una pizca de compasión hacia los enfermos que estaban bajo su cuidado.
Estaba a favor de la terapia de choque y la lobotomía, y en varias ocasiones ordenaba que los funcionarios mataran, sedaran y arrestaran en jaulas a los enfermos que tenían comportamiento que no le gustaban.
La Reina Blanca: su madre, una mujer noble y tierna, que sufrió en la piel el prejuicio de tener una hija enferma, teniendo que abandonar a la niña en un sanatorio, y nunca volver a verla. Los vagos recuerdos que Alice tenía, era de momentos con su madre, y la razón por la que pensaba que el mundo fuera de los muros del hospital era un lugar mejor, era saber que su madre estaba allí, en algún lugar, para cuidar hijos las enfermeras del hospital, sólo siguiendo órdenes todo el día.
La oruga azul: su terapeuta, la que le daba las respuestas, que le explicaba lo que pasaba y con quien ella hablaba.
Tweedledum y Tweedledee: gemelos siameses huérfanos que también estaban en el hospital.
Aunque no tenían ningún problema mental que justificara su internación, la apariencia que tenían era aterradora, así que fueron presos.
El Rey de corazones: el médico psiquiatra del hospital.
Alguien con complejo de inferioridad, incapaz de oponerse a las órdenes de la directora.
Los frascos " coma " y " beba ": las drogas que le daban. Por ser extremadamente fuertes, en varias ocasiones Alice tenía sensaciones diferentes y alucinaciones, así como si se hubiera reducido o aumentado de tamaño.
Todo esto fue creado por la niña como si fuera un mundo paralelo.
Una realidad menos dolorosa de la que vivía.
Ella ya no podía soportar ese lugar y todo lo que le pasaba ahí dentro, así que decidió usar su imaginación infantil para aliviar el dolor y el sufrimiento.
La hermana mayor de Alice es en realidad una enfermera del hospital, a quien la pequeña era muy apegada.
La enfermera tenía un diario y él anotaba todas las historias que Alice creaba en su mente.
Todos los días la enfermera iba a la habitación de la niña y escuchaba sus desabafos y las aventuras que creaba en su mente.
Sin dejar de escribir una palabra.
Desafortunadamente, Alice ejecuta un intento de fuga.
No tiene éxito, y termina detenida por los empleados.
La Directora furiosa ordena que golpeen a la chica y apliquen la terapia de electroshock para que nunca vuelva a repetirse.
Después del castigo, Alice se vuelve agresiva y violenta, al punto de la directora de decidir que la única salida para ella sería la lobotomía.
Alice vivió mucho tiempo en un estado de coma, ella nunca vivió, sonrió, tampoco habló. Debido a eso, tuvo su cuerpo devastadoramente abusado tanto, que resultó tener hemorragia interna debido a la violencia empleada en un acto de violación, y murió.
La enfermera que escribía sus historias en un diario terminó por alejarse del sanatorio, y alice fue inmortalizada como la niña soñadora que vivió aventuras increíbles en el país de las maravillas...