Hoy quiero compartir con ustedes un relato que encontré en la red, anónimo como muchas de las historias que nos seducen con su audacia y sensualidad. "Karen, una mujer infiel" es una narración que nos sumerge en la vida de una mujer que decide explorar su lado más osado, desafiando las reglas del compromiso y entregándose a la tentación.
La historia está llena de detalles picantes y momentos de tensión sexual, donde Karen se deja llevar por el deseo y la pasión, viviendo experiencias que cambiarán su vida para siempre. Este relato es perfecto para quienes disfrutan de las historias que exploran la infidelidad y los secretos más íntimos.
Si te atrapa la narrativa de "Karen, una mujer infiel" y quieres seguir explorando este tipo de fantasías, te recomiendo adentrarte en la colección "Relatos Eróticos de mujer infiel", donde encontrarás más historias llenas de pasión, engaños y encuentros prohibidos.
¡Espero que estas historias te lleven a un mundo de fantasías ardientes y te dejen con ganas de más!
Relato erótico de Karen, una mujer infiel
Karen es una mujer de un rostro hermoso y una figura envidiable y además era madre soltera cuando conoció a Camilo, un joven trabajador quien se enamoró perdidamente de su belleza y sus voluptuosos atributos a tal punto de llevarla a vivir con su hijo a su casa en una quinta de la ciudad. Karen sentía que había encontrado por fin al hombre perfecto y se amaban tanto que tuvieron una bebé a la que adoran.
En esa quinta Karen se hizo amiga de Paola, quien convivía con su pareja Julio y ambos tenían una niña, pero Julio tenía otros hijos de un compromiso anterior. Karen no comprendía cómo una chica guapa como Paola se fijó en Julio, era un poco gordo, moreno, algo calvo y no tan atractivo por decir lo menos, además de lo complicado de su situación con su ex pareja.
Karen algunas veces había notado que Julio la miraba de pies a cabeza cuando ella no lo veía y hasta creía notar algo extraño en su mirada que la incomodaba pero nada más.
En una fiesta vecinal por año nuevo, todos se pasaron de copas y Camilo se quedó dormido en una silla, mientras que Julio no tomó mucho porque tenía que trabajar al día siguiente. Karen bailaba con los vecinos y al ver a Julio sentado lo invitó a bailar, cosa que aceptó avergonzado.
Una vez bailando Karen que estaba bajo los efectos del alcohol se pegó demasiado a Julio que la miró sorprendido
—Aprovecha el momento Julio, abrázame, yo sé que quieres hacerlo.
—Estás ebria Karen, además tu marido está por allá y mi mujer puede vernos.
—Mi marido esta borracho, más bien ayúdame a llevarlo a casa.
Sin esperar más, Julio ayudó a cargar a Camilo hasta su cama y una vez ahí lo dejó durmiendo, pero al salir estaba Karen en la sala y le invitó un trago
—No puedo beber mucho, tengo que trabajar
—Entonces no bebas, pero quiero que me digas cómo hiciste para enamorar así a Paola
—Es un secreto Karen, y es mejor que no lo sepas.
Al intentar salir Karen sujetó a Julio con fuerza que perdieron el equilibrio, cayendo ambos al suelo, Julio encima de Karen, se miraron a los ojos detenidamente y Karen le dijo
—Muéstrame tu secreto...
Julio la besó con tal pasión que no se lo esperaba, mientras sus manos le quitaban la ropa con una facilidad sorprendente hasta dejarla desnuda. Sus manos recorrían cada centímetro de su cuerpo y su boca besaba cada pedazo de piel hasta llegar a la vagina donde le hizo sentir cosas que nunca soñó, llegando al orgasmo en varias ocasiones, luego le introdujo dos de sus dedos, masturbándola de una manera tan eficaz que a los pocos segundos Karen recién descubría la eyaculación femenina con un grito de pasión.
—Quiero tu pija!. Gritaba Karen
—Todavía no. Decía Julio mientras seguía con su labor. —Primero tendrás que chuparla
—¡Quiero chupártela! ¡Dámela ahora! ¡Te la voy a mamar como nunca!
Julio se saco la verga que era pequeña pero gruesa y se la ofreció a Karen, quien se la metió a la boca como desesperada chupando la cabeza, el tronco y hasta los testículos. Luego la volteó y se la metió por su enorme culo sin previo aviso
—Tienes un delicioso culo, parece que Camilo no lo usa.
—Ay, sigue, éste culo es tuyo y lo será cuando quieras. Camilo no sabe hacerme todo esto, me vuelves loca
—Ahora ya sabes cómo enamoré a Paola
Karen seguía disfrutando de ese grueso pene que destrozaba su blanco culito, luego Julio se acostó y Karen se sentó encima, moviéndose tan salvajemente que ambos terminaron al mismo tiempo.
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