Es fácil encontrar a alguien que satisfaga sus necesidades sexuales, que le dé placer por unas horas, que cure su carencia por unos instantes...
Difícil es encontrar a alguien que le dé placer después de que termine el placer del sexo; difícil es encontrar a alguien que cure su corazón destrozado o que al menos no te lastime más, que te ayude a arreglar el caos que te encuentras, que te ayude a superar tus miedos, que te quiera más allá de la cama, que quiera conocer sobre quién eres, que llegue dispuesto a no ser más una relación fugaz.
El sexo, por más rico que sea, no es suficiente si falta compañerismo, no es suficiente si te sientes vacío, no es suficiente si te sientes solo y en los momentos de apretón no tener con quién contar, no es suficiente si deseas algo más que eso, no es suficiente porque no es eso lo que va a decorar tu alma y llenar tu corazón de buenos sentimientos.
Con el tiempo, pasas preguntándote si eso es todo lo que quieres, si eso es todo lo que mereces, si esa es la vida que querías tener, si ese es el patrón de relación que soñaste algún día, esto va dejando de causar placer, porque va rodando sentimiento y sexo con sentimiento da mucha confusión en el corazón, el sexo por sexo es solo sexo, pero cuando el sentimiento se mezcla, se va esperando un poco más, se espera que la persona esté en el otro día a tu lado cuando despiertes...
Que la persona te quiera más allá del placer, que el sexo pase a ser una invitación a una vida de a dos y que eso se convierta en amor.
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