lunes, 27 de abril de 2020
Relatos Eróticos de mujer infiel
Infiel a mi marido y lo gocé
Soy una mujer casada, que al presentarse problemas económicos caigo en la propuesta sucia de un hombre que supuestamente era amigo de mi marido, las cosas se ponen fuera de control cuando desea que sea su esclava sexual y cada vez pide más y más, lo peor es que sus deseos me están gustando.
Me llamo Sofía, tengo 35 años, me casé con Jorge a los 21, el me lleva diez años más de edad, lastimosamente no hemos podido tener hijos, desconociendo si es por causa de él o mía, igual éramos felices viviendo al máximo cada día y más porque mi marido tenía un buen trabajo que nos daba oportunidad de gozar de ciertas comodidades.
Con el pasar del tiempo mi marido se ha vuelto muy adicto a la bebida y se ha engordado mucho, motivos por los cuales las noches de sexo ya no eran como antes y dejé de sentir el rico placer de tener un orgasmo, aunque ya no soy una joven la edad me ha vuelto una mujer muy deseable para los hombres, mis senos son grandes y firmes, con cintura delgada y un trasero grande y bien levantado, además de tener un rostro hermoso con una cabellera negra y rizada que al pasar por la calle los hombres me decían los piropos más sucios, cosa que me causaba era risa.
José tiene un amigo soltero que es prestamista y que traía mucho a casa, llamado Jhon, es de ascendencia estadounidense, de la edad de mi marido pero muy atractivo, rubio, alto, de cuerpo macizo y pectorales duros y anchos, le gusta ir al gimnasio para mantenerse en forma, al momento de llegar a casa siempre me mira con ojos de deseo, y más que en casa me pongo más ligera de ropa y uso atuendos que resaltan mis pechos y mis nalgas.
Mi marido con su amigo pasaban tardes viendo partidos de futbol y yo hacía funciones de sirvienta, aunque igual bebía un poco con ellos para no ser descortés, el detalle es que Jhon me miraba mucho con ojos de lujuria, no paraba de espiar mis senos y ver mis nalgas cuando me agachaba a recoger algo, yo me di cuenta pero no le tomaba mucha atención. Pasó el tiempo y la situación en la empresa donde labora mi marido se puso difícil e hicieron recorte de personal, mi marido iba a ser despedido pero su jefe le dio oportunidad de mantenerse en la empresa pero ejerciendo otro trabajo en el cual ganaba menos dinero, razón por la cual nuestra economía en la casa cambió.
Mi marido deprimido empezó a beber más y más, triste por su situación y por más que lo aconsejaba no quería oírme, le dije que las cosas mejorarían pero me decía que estaba difícil y más por su edad en la cual escalar de nuevo le sería imposible frente a jóvenes mejores preparados que él,
Llegó un día en que trajo de nuevo a Jhon y bebieron bastante, Jhon se ofreció a ayudarme a limpiar los platos después de comer, estaba borracho pero peor estaba mi marido que yacía dormido ebrio frente al televisor. Limpiando los platos se mojó la camisa y se la quitó mostrándome su cuerpo musculoso y deseable, yo me sentía extraña, sentía como si una atracción animal me pidiera devorar a ese hombre, pero aguantaba los deseos ya que mis principios de mujer casada me impedían serle infiel a mi marido, traté de no mirarlo mucho y miré hacia su cintura notando que tenía una erección, a simple vista se veía que estaba bien dotado, empezamos a platicar:
Jhon: (con su acento gringo) Sofía me disculpa pero usted es una mujer muy atractiva y bella.
yo: Oh gracias Jhon, por allí encontrará una mujer como yo que lo ame.
Jhon: No lo creo, como usted difícilmente encontraré una, José debe pasar noches muy ardientes con usted.
yo: (ese comentario me resultó muy provocador) Hay no diga eso, en su país hay muchas mujeres bellas, rubias de ojos verdes o azules.
Jhon: Si las hay pero a los gringos nos gustan las latinas, nalgonas y tetonas como usted, pues son muy calientes en la cama.
yo: ja ja no digas esas locuras, ya estás ebrio, se te nota...
Jhon: bueno si, pero dicen que los borrachos siempre dicen la verdad.
yo: ha sí? entonces dígame sus intenciones pues lo noto muy calentón conmigo, recuerde que soy la mujer de su amigo, soy ajena.
Jhon: Mira yo sé que José la está pasando mal económicamente, él me cuenta todo, hasta me ha dicho que en el sexo están mal...
yo: Cómo?, José le contó nuestras intimidades?, cuando se levante le reclamaré (estaba molesta).
Jhon: Cálmese que él me lo contó ebrio, así que no se moleste, además yo soy discreto y no hablo nada de lo que me digan ni cuento lo que yo haga con otras personas, me gustaría ayudarle un poco, yo sé que usted es una dama que le gusta la ropa cara y la joyería, puedo darle dinero para que se compre lo que desee, no soy millonario pero si tengo mucho dinero ya que trabajé muchos años en mi país donde se gana muy bien.
yo: oiga no sea atrevido, no soy puta para venderme por dinero, respéteme...
Jhon: no se moleste hermosa dama, mire que su marido me pidió una buena suma para comprarle el auto que usted tanto quería para su cumpleaños, a él le hace falta ese dinero para completar la suma, yo con gusto se los daré si usted colabora también,
yo: de qué tipo de colaboración habla?
Jhon: Quiero que seas mi amante, sabes que deseo tu cuerpo desde hace tiempo (en ese momento saca de su bolsillo dinero y me lo muestra), esto y mucho más tengo para ofrecerle, piense en su esposo que desea darle ese obsequio en su cumpleaños...
yo: (el gringo tenía razón, deseaba mucho tener mi auto propio y no podía tenerlo por la situación económica que nos afligía) Mire, no soy un objeto que se compra, si es cierto que me encantaría ese auto no voy a entregarme a alguien solo por eso, jamás he sido infiel ni pienso hacerlo.
Jhon: Bueno además de dinero le puedo dar algo que necesita más (se bajó el pantalón y me mostró su pene, lo tenía grueso, venoso, grande y cabezón), oye atrevido, mi marido está cerca, no sea pervertido (le di la espalda, un fuego pasaba desde mi ombligo hasta mis piernas, me sentía húmeda).
John: Tranquila, yo sé que le hace falta tanto el dinero como lo que me cuelga entre mis piernas, José está dormido, no se enterará.
Él se acercó a mi y me empezó a acariciar mis nalgas, no sé porqué me dejaba tocar de él, me sentía como congelada sin saber qué hacer, con una mano me tocaba las nalgas y con la otra me empezó a tocar los pechos, era muy hábil con las manos,
John: Yo sé que tienes ganas de que un hombre te de bien duro, siento tu humedad, no te resistas, prueba lo que te hace falta...
Yo no dije nada, me agaché y me metí su enorme miembro en mi boca lo más que pude, solo me cabía la mitad, olvidé en esos momentos que era casada y me dejé llevar por el deseo que tenía mi cuerpo de placer, me decía: "vamos perra chúpala más duro, escúpelo y pásale la lengua, gánate bien el dinero". Me hizo sentir tan sucia, como una puta barata, me dejé llevar por sus palabras y le di la mejor mamada de pene que le habían dado, lamía sus bolas, y él me halaba por el cabello hacia él, estaba sumisa, presa a sus deseos, me decía: "te gusta chuparla?" y yo le decía: "si, está más rica que la de mi marido", la tenía bien dura y no aguanté las ganas de levantarme y ponerme en 4, sabía que él deseaba metérmela en esa posición, "métemela papi, quiero comerme un gringo" (no sé por qué dije esas locuras pero lo hacía).
De un solo envión me la enterró toda completa en mi vagina, pegué un suspiro y empezó a meterla y sacarla con fuerza: "papi qué rica la tienes, eres blanco pero la tienes como de negro", él me decía: "si perra, yo sabía que con esas nalgas grandes no te me ibas a negar, estás echa para follar", yo empecé a gemir, no me importaba si mi marido me oyera, estaba muy caliente, mi vagina estaba muy húmeda y su pene entraba fácilmente, no aguanté mucho y tuve mi primer orgasmo, admiré que no se venía aún, asi que me lo lleve para la cama donde duermo con mi marido y él se me tiró de frente, me besaba con lengua mientras me cogía brutalmente, mordía mis grandes tetas con salvajidad, tenía tiempo que no sentía tanto placer, sólo cuando estuve en mi noche de bodas, pero no llegó a este extremo de placer.
Jhon: Oh you are a hot bitch, yeahhhh!
yo: (no le entendí nada pero también le hablé) Si animal sucio húndemela duro, culéame con todas tus ganas, querías cogerme? aquí me tienes...
Me sentía la más puta y perra de las mujeres pero lo gozaba, ya no me importaba el dinero, solo pensaba en gozar ese taladro bombeándome sin parar en mi agujero húmedo, quería su leche en mi cueva y se lo pedí pero él quería que me la tragara así que empecé a mamársela duro en un 69 mientras él me provocaba otro orgasmo fuerte, me pegaba en las nalgas y él ya no aguantó más y derramó su leche en mi boca, la cual me tomé toda, con mucho placer, me echó tanta que cayó en mis tetas y me las lamía con gusto, quedamos agotados en la cama, él estaba feliz de haberse comido mis nalgas, mis tetas y mi boca, yo feliz de haber culeado con un macho de verdad.
La lujuria se había apoderado de mi, quería sentir todo el placer así que le dije: "papi aún no te has comido lo mejor", así que me senté de nalgas en su cara y me lamió el culo, sentía su lengua tan deliciosa que le pedí que me escupiera el ano, así lo hizo y me hundió dos dedos en él, me dilató rico y me senté de culo sobre su pene que se volvió a poner duro como un sable y empecé a cabalgarlo, su pene cabezón se metió hasta la mitad de mi ano, yo lo gozaba, sacaba la lengua saboreando el momento, empecé a brincar, ya no me dolía, sentía placer al máximo, la cama se mecía salvajemente, él me agarró cargada y me cogía con fuerza, cada vez que brincaba su pene entraba en mi culo al bajar, me tiró boca abajo a la cama y se recostó sobre mi y siguió bombeándome analmente, me sentía violada pero no paraba de gozar hasta que me la enterró toda por detrás, me decía: "perra que culona eres, te lo tragaste entero", sentía sus bolas chocando brutalmente contra mis nalgas y gemía: "Ahhh si papi, culéameee, dame duro, no la saques, reviéntame el culo", era un animal saciando su sed de carne, yo le meneaba el culo y con ese meneo nos vinimos ambos al mismo tiempo, derramando lo que le quedaba de leche dentro de mi culo hasta mojarme las nalgas, me dijo: "desde ahora serás mi puta" y le dje: " si papi, solo tú y mi marido probarán mi cosita pero mi culo es solo tuyo" y lo besé con lengua, nos vestimos y mi marido aún yacía ebrio en su sillón, Jhon me dejó dinero y me dijo que le iba a prestar la plata a José para mi auto y que ese auto yo lo tenía que estrenar con él, además me dijo que iba a darme un buen regalo de cumpleaños.
Así que me tocó esperar con ansias ese auto, perdí la moral, la fidelidad y me entregué a todos los placeres que mi amante me prometió, siendo infiel a mi marido.
Infiel a mi marido y lo gocé 2
Siguen mis infidelidades después de caer con el amigo prestamista de mi marido, un amigo llamado Jhon, experimenté los placeres de lo prohibido, ahora él me desea pervertir más con la visita de un amigo negro de su país...
Hola amigos y amigas, no les había escrito debido a que lo hago cuando me suceden hechos que no se los puedo contar a amistades cercanas ni familiares, prefiero desahogarme contándoselos a sabiendas de ser juzgada como una mujer puta o una mujer necesitada, eso lo dejo a su criterio, solo para los que me insultan y ofenden les digo algo: "el que nunca ha pecado en su vida que me tire la primera piedra".
Después de haber estrenado mi auto nuevo con Jhon, dejé de verlo debido a que sentía que estaba cayendo en un mundo inmoral al cual tenía que evitar caer cueste lo que cueste para no tener problemas familiares, y más sabiendo lo mucho que me quiere Jorge, mi marido, al cual debía de apoyar más, dado a su nuevo trabajo en el que ganaba menos que antes.
Pasaron semanas, Jhon venía de vez en cuando a la casa, disimuladamente me manoseaba sin que mi marido se diera cuenta y aproveché un momento a solas con el para decirle que ya no más, que me tratara como la esposa de su amigo, que por el hecho de que le prestó dinero a el, no quería decir que sería su amante cuando el quisiera, el solo se reía y con su acento gringo me decía: "tu no ser de el, eres del que quieres que te abra las piernas", ese hombre me hablaba tan sucio, pero esa suciedad me calentaba, me hacia sentir deseada y más sabiendo que yo era dueña de un culo grande y unas tetas firmes y voluminosas, si bien ya estoy treintera, tenía mucha madurez, lo que decían por alli: "la edad en que la mujer está más deliciosa".
Le dije al gringo: "ya no más, mi cuerpo no será tuyo otra vez por mucho que me quieras ofrecer", el me dijo: "eres una perra que adoras chupar penes grandes como el mío, que no se te olvide, eso te encanta", en eso regresó mi marido del baño y empezó a ver televisión junto a Jhon, como siempre, emborrachándose a más no poder, ese vicio a mi marido cada vez le gustaba más al igual que a mi el deseo de sentirme bien cogida, cosa que ya mi marido no me brindaba.
Nuevamente al pasar las horas mi marido quedó dormido y Jhon aprovechó para ir a la cocina y entró desnudo con su pene enorme parado frente a mi, yo sorprendida le dije: "qué haces?, vístete", él no me hizo caso y me dijo: "zorra, cállate que tu marido duerme y es momento de que pruebes lo que tanto te gusta", se me acercó y me sometió con sus brazos, yo de espalda a el, sentía su pene frotando mis nalgas y eso me calentó, me puso bien arrecha, al oído me decía cosas sucias: "te gusta como te rozo con mi verga, eres zorra, no lo olvides", algo pasó en mi que jamás pensé que sucedería: yo misma me bajé la falda con mi ropa interior y me puse en cuatro, el no dudó y de una vez me penetró fuerte, empezó a cogerme como el solo lo sabe hacer, sentía tanto placer que deseaba que mi marido me viera culear con Jhon, no imaginé que fuera tan morbosa, olvidé todo lo moral que tenía y saqué lo puta que había en mi interior.
Verme follar a mi con ese hombre era digno de ser filmado para una película xxx, su enorme verga entraba y salía de mi vagina húmeda, sentía el chocar de sus huevos contra mis nalgas grandes, generando un sonido cachondo y excitante, me decía: "quieres que la saque?" y yo le respondía: "no por favor, no la dejes de meter", decidí jugar a su estilo y le dije: "quiero sentir tu leche, dámela", el me respondió que aún no, que venía lo más sabroso, me la sacó de mi vagina y empezó a lamerme el ano, me lo escupía, metió primero un dedo y luego dos, yo no me atrevía a decirle que no, estaba como drogada, en un trance sexual y me dejé llevar por sus bajos deseos, poco a poco me metió la cabeza del pene por el culo, me dolía pero no quería parar, fue metiéndola hasta quedar la mitad dentro de mi gran trasero.
Empezó a embestirme, suave, luego aumentó la velocidad, confieso que no era mi primer anal porque a mi marido lo complací varias veces con eso cuando él estaba más joven. Jhon no paraba de meterla, me asombraba su aguante y más con el meneo que yo le daba, digna de la mejor perra de prostículo, empecé a sonreír, lamía el dedo que me metía a la boca, me sentía muy cachonda, una reina sexual que complacía los placeres de cualquiera.
Me la sacó del culo y me hizo que me agachara, abrí mi boca sabiendo lo que el quería y derramó su venida dentro de mi boquita, no me importó que supiera a mi culo recién cogido, me la tragué toda y le limpié la cabeza con la lengua, símbolo que ya era adicta a su semen. Se sonrió y me dijo: " te encanta tragártela, te presentaré un amigo de mi país que le encantan mujeres tan putas como tu". Se marchó y me dejó con la inquietud de conocer a ese amigo de él, nuevamente me entró la rabia de no poder contenerme, de evitar ese encuentro sexual, ¿será que de verdad soy puta?, me dije en mi mente,
A los dos días me llama diciéndome que viniera a su casa, le dije que no pero él insistió amenazándome con contarle todo a mi marido, me dijo que fuera con minifalda bien ajustada y una blusa escotada, sin ropa interior, yo presa del temor accedí, me vestí como él me dijo (parecía una golfa buscando un cliente) y manejé hasta su casa, allí entre y me sorprendí de ver a un negro alto, con cuerpo atlético, como de unos 25 a 30 años sentado en el sillón con su pene en erección, la tenía unas pulgadas más grande que la de Jhon, el me saludo con un seco "Hello", Jhon se acercó y me dijo: "el se llama Latrell, pero puedes decirle Mandingo" y se echó a reir, yo le dije que por qué me hizo venir, que no pensaba entregarme a ese tipo, el me contesto: "callate, viniste porque quisiste, porque te gusta coger, acércate a mi amigo que necesita tus servicios", yo molesta no sabía que hacer, si me iba era capaz de contarle todo a mi marido y adiós matrimonio, no tuve más remedio que aceptar entregarme a ese tipo.
Jamás había estado con un negro, no es que sea racista, ya que soy latina de piel morena, me le acerqué y decidí hacer que terminara rápido, le bailé sensual frente a la mirada de Jhon que se quedó para ver todo, puso una canción de Rihanna llamada Pour it up, el sabía que era mi artista favorita, ese tema es muy erótico, ya que trata del mundo stripper, empecé a moverme como la vi en el video musical y el negro se excitó mucho más, sobre todo cuando le tenía mis nalgas puestas en su cara, me metía la lengua con maestría y yo le meneaba el culo, disfrutando esa lengua que se metía también en mi cueva húmeda, me arrodillé y empecé a chuparle su enorme verga, la lamía, succionaba, escupía, me era imposible metérmela toda en la boca, la cabeza del pene era más grande, hasta me asusté pensando si quería metérmela por detrás.
Quedé totalmente desnuda y el se puso el preservativo y me le senté y empecé a cabalgarlo, mientras, Jhon se masturbaba frente a nosotros, se dio gusto viendo mi culo mecerse, el infeliz me decia: " ¿viste que estás echa para coger?, te encanta tenerla metida", "eres bien puta, que no se te olvide, aunque tengas marido le darás tu cosita rica a otros hombres", yo le decía que se callara pero cada vez que me gritaba cosas me ponía más arrecha y montaba más duro al negro, ni cuenta me di cuando ya tenía su polla completamente hundida en mi agujero vaginal, fue en ese momento que Jhon se acercó y me la hundió por el culo, sin protección, yo quedé viendo estrellas y gritando, pero de placer, me sentía totalmente puta, bien ensartada en dos buenas vergas que entraban y salían de mi sin yo poderme escapar.
Se cambiaron de puesto pero el negro solo me la metió hasta la mitad, no podía aguantársela, yo no paraba de venirme, igual mi cuerpo voluptuoso aguantaba los enviones de esos dos sementales, creo que si fuera una mujer delgada no podría con esos dos, o quien sabe, la cosa es que no paraban de cogerme, el tiempo pasaba, no logré que el Mandingo se viniera pues tenía aguante, nuestros cuerpos estaban sudados, éramos como tres máquinas trabajando juntas, empecé a decir vulgaridades "cójanme duro, más duro, más", ambos ya estaban a punto de venirse e hicieron algo que me encantó: los dos se vinieron simultáneamente. bañándome la cara de semen, me excitó tanto que me vine también con mis dedos metidos en mi cueva, la leche cubría todo mi rostro, era espesa y blanca, en vez de tirarla al suelo agarré mis dedos y me la quitaba de la cara pero directo a mi boca, ellos me decían "very good", "yeahhh bitch", contentos de lo sucia que me veía lamiendo su semen de mi cara, me sonreí al hacerlo, no sé por qué, quizás fue el placer de haber sometido a dos hombres.
El negro se vistió rápidamente y sacó un dinero de su cartera y se lo dio a Jhon, yo quedé muda pensando que era para mi, me dijo: "bye" y se fue, yo molesta le dije a Jhon: "¿me estás ofreciendo como prostituta?" y el cabrón me dijo que si, pero que igual el tenia esa fantasía de un trio y entonces me dio la mitad del dinero, fue una buena suma que yo tomé encantada, me decía a mi misma: "¿Sofia que estás haciendo?, acabas de prostituirte", pero por otro lado pensé que la fantasía del trio también la tenía en mi cabeza, me vestí y le pedí que no me hiciera esto más, el muerto de la risa me dijo que lo iba a pensar y me dio una nalgada, al llegar a casa no estaba todavía mi esposo y me fui a bañar, la sensación de tener mi culo ardiendo y mi vagina apaleada me encantó y me masturbé con un cepillo mientras me duchaba, recordando el polvazo que recién tuve. Espero no volver a caer así, ya me doy miedo y temo que mi marido se de cuenta de todo.
Infiel a mi marido y lo gocé: Esposos Bermudez
Ahora si, esto me pasó hace una semana, mi marido tiene un amigo y compañero de trabajo de apellido Bermudez, un hombre simpático que vi en la oficina al lado de la de mi esposo, cuarentón, robusto, alto y de hermosos ojos verdes, mi marido se llevaba tan bien con él que lo invitó a cenar a nuestra casa, por demás decirlo que también le dijo que podía ir acompañado por su esposa, la cual ninguno de los dos conocía, él aceptó encantado.
Mi marido me avisó y preparé un jamón que me queda espectacular, me fijé qué me podía poner de vestido, ya que aunque era en la casa quería dar una buena impresión, así que elegí un traje blanco perlado, con escote en V y abierto al lado derecho de mi pierna, con unos tacones semi altos del mismo color, mi marido fue más sencillo, usando un pantalón de tela y camisa a cuadros, él no se caracteriza por estar al tanto de las modas, mi traje me lucía estupendo, obviamente bien ceñido a mi voluptuoso cuerpo.
Al tocar la puerta mi marido fue a recibirlos, su amigo vino elegante con un saco, pero la que relució fue su mujer, una rubia despampanante que hasta a mi me dio envidia ya que sus pechos eran más grandes y firmes que los míos sumado a un trasero descomunal firmemente levantado, se notaba que le metía al gimnasio, su rostro era de mujer de cuarenta años, con una mirada sexy, labios gruesos y ojos verdes como los del marido.
Nos sentamos y saludamos y me extrañó que ella me besó muy cerca a mis labios, lo cual me puso incómoda, su marido fue más respetuoso y me besó en la mejilla. Conversamos de muchas cosas, ella se dedicaba al entrenamiento personal, me hablaba de ejercicios específicos para ciertas zonas del cuerpo, sobre todo pechos y nalgas, hablaba muy libremente, sin pelos en la lengua, con lo cual, la imagen de mujer recatada se me quitó de mi mente, nos excedimos en el vino y como siempre, mi marido ya estaba durmiéndose, el pobre no es de aguantar nada de alcohol, lo cual me molesta porque me pone en situaciones de debilidad.
Esa pareja empezó a hablar de sexo, cosa que a mi marido no le molestó, sino le causaba risa, nos contaron que ellos eran muy abiertos sexualmente, que les gustaban explorar fantasías y cosas así, expresé un comentario sobre uno de esos temas y la mujer que estaba a mi derecha me dijo "así es" tocándome mis muslo desnudo con su mano izquierda, me lo apretó y sentí una excitación grande al sentir su mano, ella lo notó y sonrió, mi marido ni cuenta se dio.
Me dijo que si quera podría entrenarme para fortalecer mis músculos, ya que me sentía un poco aguada la piel, eso no me molestó y le dije que así mi marido me quería y mi esposo asintió con la cabeza, no dejamos de beber vino y cuando se acababa la botella mi marido iba por otra mientras eso pasaba, la mujer no paraba de mirarme el escote, lo cual me empezó a gustar y le dije: "¿qué miras tanto en mi?", ella me dice: "lo bien que te ves, tienes un cuerpo de actriz porno", me reí con ese comentario y le dije: "¿en serio?" y ella me dijo que si, que podría fácil hacer mucho dinero con mi cuerpo pues todo lo tenía grande, le respondí que también ella tenía grandes atributos y ella me miró con deseo y me dijo: "cuando quieras puedes tocar para sentirlo".
Eso me puso cachonda, jamás una mujer se me había insinuado, solo hombres, y esa sensación me hacía sentir rara y cachonda. le dije que si el marido no se molestaba, ella me dijo que no, que ella es bisexual y que ellos hacían tríos mhm o simplemente el quedaba como observador mientras estaba con otra. Yo le explique que nunca he estado con mujeres, y ella me respondió que quizás no con mujeres pero que sospechaba que yo me revolcaba con varios hombres, pues tenía mirada de mujer caliente.
Esa mujer me decía barbaridades cada vez que mi marido y el suyo se levantaban de la mesa para la cocina, me tocó el turno de llevar los platos a la cocina y ella me acompañó, mi marido se fue a la sala con su amigo y mientras lavaba trastos ella me empezó a acariciar el culo, yo me quedé inmóvil sintiendo sus manos por mis nalgas, me subió el traje y me nalgueó, eso me puso arrecha de una vez, dejé que hiciera lo que sus deseos depravados quisieran, me empezó a lamer las nalgas y me puso en cuatro, así empezó a lamerme el culo bien rico, su lengua era larga y sabía cómo usarla, me volteó y me abrió las piernas quitándome el hilo que tenía puesto, empezó a lamerme mi concha muy hábilmente, me chupaba el clítoris, succionaba mis labios vaginales, al punto en que no pude evitar gemir suavemente y venirme en su boca.
Ella se subió el vestido, mostrándome que no llevaba puesto nada, sus nalgas eran redondas y carnosas, algo en mi me decía que las tocara y así hice, se las acaricié y la giré, tenia su concha depilada como la mía y húmeda, ella me hizo agacharme bien y me pegó su concha a mi boca, decidí experimentar y le devolví el favor que me dio, ella decía en tono bajo: "así zorra sigue, sabia q eras bien caliente desde que te vi", eso me ponía excitada y se la lamía con más ganas.
De repente siento unas manos que me agarran y levantan mis nalgas y me asusté imaginando que era mi marido, pero era el esposo de ella, el cual me dijo que estuviera tranquila que mi marido se durmió, me mostró su enorme miembro venoso y cabezón, su mujer se acercó y empezó a mamársela con fuerza, ella me dijo que la ayudara y no aguanté la escena y también se la chupé, juntas le estábamos haciendo un delicioso sexo oral, le echábamos saliva, lamíamos sus pelotas, hasta que se puso dura, ella me pidió que la siguiera lamiendo y me puse a comerme su concha. mientras que el marido sin dudarlo me la enterró en mi vagina, me follaba con rudeza, su mujer sonreía, me halaba por el cabello y me preguntaba si me gustaba, yo le respondí que si.
Ella le dijo al marido: "ella es de las que son bien calientes, métesela x el culo" y el cabrón me la hundió por allí, no opuse resistencia, gozaba su verga enterrada en mi culo, haciéndome venir una y otra vez, mientras probaba el sabor de la vagina de su mujer, nos quitamos totalmente la ropa, estábamos presos en el deseo de nuestros cuerpos, el marido dejó de metérmela y le dijo a la esposa que era momento de una tijera, así que ella pegó su concha a la mía y empezamos a frotarnos, tanto las conchas como las tetas, su marido no paraba de halársela, esa sensación húmeda me hizo venirme igual que a ella,
El marido nos dijo que viniéramos a probar su leche así que nos acercamos y se vino en nuestras bocas que teníamos con la lengua afuera, ella me daba semen del marido desde su boca y le devolví el favor, nos lo tragamos, estaba delicioso y le limpiamos la cabeza del pene juntas dándonos besos, el marido nos dijo que a su mujer todavía no se la había metido, así que decidimos tocarnos juntas frente a él y le dimos la espalda, en cuatro decidimos menearle nuestras grandes nalgas hasta que se empalmara nuevamente y allí fue como animal a métérsela x el culo a la mujer que disfrutaba esas metidas y sacadas de verga, me dediqué a chuparle sus tetas grandes y a frotarle su vagina, "ahhh papi asiii dame duro por este agujero que es solo tuyo", "asi, asi, no pares, culéame ricoooo", son cosas que decía la rubia putona y empecé a besarla con lengua hasta que se volvió a venir ella, su marido no aguantó más y volvió a venirse en el culo de ella, la mujer me dijo: "¿qué esperas?, límpiame el culo", así que decidí lamerle el culo lleno de leche, fue muy rico meter mi lengua por ese culote tan grande y lamerle toda la leche que escurría de su ano.
El marido nos nalgueó y nos besó a las dos, las cuales junto con él probamos nuestras lenguas juntas, nos vestimos y se retiraron, dejándome sus teléfonos, mi concha mamada de ella y mi culo ardiendo por tanto mete y saca que me dio él. Y mi marido, dormido, creo que con unos cuernos más crecidos, senti lástima por él pero recapacité y vi que la culpa la tiene él por traerme la tentación a la casa, ja ja.
Infiel a mi marido y lo gocé: El jefe de mi marido
Una visita a mi marido a su trabajo desató nuevamente mi fuego uterino que no se pudo controlar tras el intento de mejorar la situación de mi marido.
Hola a todos, como recordarán en mi primer relato, mi marido estaba pasando una situación difícil ya que tuvo que descender de puesto y obviamente, su salario se redujo, lo cual nos generó un cambio en nuestras vidas, ya que a pesar de que no tenemos hijos, nos gustaba vivir cómodamente, sobre todo yo. Mi marido se endeudó para comprarme un auto y me avergonzaba verlo lleno de deudas por mi culpa, así que decidí ir a su empresa para hablar con el jefe y tratar de convencerlo de que recuperara su puesto, ya que mi marido me contó que las cosas en la empresa ya estaban normalizándose.
Aproveché para ir un día en el que a mi marido se le quedaron unos documentos, los cuales fui a dejárselos, me traté de vestirme recatada, más sin embargo mi cuerpo voluptuoso se apreciaba tras mi traje ajustado, sobre todo mi trasero grande y firme y mis pechos que querían reventar el traje, al llegar fui el centro de atención de todos los hombres que trabajaban allí, me sentía un tanto incómoda pero a la vez contenta de que apreciaran mi belleza.
Llegué a la oficina de mi marido y le dejé los papeles, aproveché para preguntarle cómo le iba y me dijo que bien, que el jefe lo tenía lleno de trabajo y que por eso no podía demorar mucho hablando conmigo porque después lo despedían, le dije que me mostrara brevemente las oficinas que lo rodeaban y él me mostró algunas de ellas incluyendo la de su jefe, me despedí y esperé a que él entrara y disimuladamente me fui hacia la oficina del jefe, allí me atendió una secretaria muy parecida a mi en lo que a cuerpo se refiere y ella le comunicó a su jefe que yo deseaba hablar con el.
Las oficinas tenían cámaras a las cuales el accedía e inmediatamente le dijo a su secretaria que me dejara pasar, yo iba pensando qué cosas decirle para que le mejorara la condición laboral a mi marido pero no se me ocurría mucho ya que no teníamos hijos, ni vivíamos tampoco en la miseria, ni mi marido había sufrido de problemas de salud que ameritaran una razón válida para mejorar su salario.
Al entrar me imaginaba al típico anciano, gordo y grosero pero me sorprendí al ver a un joven de entre 25 a 30 años, muy guapo, de tez blanca y atlético, tenía unos ojos verdes hermosos, él me saludó dándome un beso en la mano muy cortésmente y me preguntó las razones de mi vista. Yo estaba embelezada por su juventud, antes de responderle le dije que no me imaginaba que el jefe de mi marido fuera tan joven y él me respondió que era el hijo del dueño de la compañía y le tocaba administrar ese departamento y que muchas gracias por decirle joven (se rio muy sexy).
Le conté que ya que la empresa había normalizado su situación y esperaba que mi marido tuviera su puesto que tenía antes de regreso, ya que a mi me constaba lo trabajador que era el y que incluso en la casa se desvelaba y ni me atendía como debía por llenarse de trabajo, a eso el me respondió: "¿no la atiende como debe ser?, eso es malo, una mujer con sus tributos no debe sentirse descuidada", inmediatamente noté que no paraba de ver mi escote, el cual le regalaba un vistazo de mis senos grandes y firmes, de repente un fuego cruzó por mi cuerpo y noté que si podía lograr ayudar a mi marido sería coqueteándole a su jefe.
Esta idea la sentía peligrosa ya que corría el riesgo de que él se lo contara a mi marido o a algún otro empleado que luego se lo contaría a mi marido, pero me arriesgué a buscar una situación que permitiera ayudar a mi esposo.
Le dije: "si mi marido ya ni me atiende mucho por tanto trabajo que hace ahora y lo peor es que el salario no es justo con lo mucho que trabaja", mientras decía eso puse mi rostro dulce y crucé las piernas lo cual él astutamente observó y se deleitó viendo mis muslos gruesos. Me dijo que ese tema debíamos tratarlo más profundamente, era descarado, pues no paraba de comerme con los ojos y yo también lo mire con ojos pícaros, como para que viera que había entendido la señal que él me enviaba, inmediatamente me dio su tarjeta y me pidió mi numero de teléfono, el cual se lo di, lo llamó de nuevo la secretaria porque tenía una reunión con otra persona y ´nos despedimos con un beso ya no en la mano sino en la mejilla, dejé caer la tarjeta que me dio y me agaché para recogerla mostrándole mi trasero asomarse por mi traje ajustado, él quedó sin palabras. Salí sin que mi marido lo notase.
Luego de 4 horas me llamó saludándome y diciéndome que no había podido dejar de pensar en mi visita, que era muy guapa, que mi marido era muy afortunado de tener un mujerón como yo, decidí seguirle el juego y le dije que lo que me decía me causaba halagos y un poco de gracia, me dijo que estaba pensando seriamente en mi solicitud pero que yo debía entender que para volver a poner a mi marido en su trabajo anterior debía remover y reubicar al empleado que ocupaba su puesto, lo cual generaba un gasto extra a la empresa, yo le dije que comprendía todo y que si estaba de mi parte haría lo que sea para que todo saliera bien.
Él me dijo: "bueno Sofia, en vista de eso, tendrías que tratar ese tema personalmente conmigo, si deseas llevo el nuevo contrato de tu marido pero eso te costará mucho", yo le dije: "bueno papi (me atreví a llamarlo así), yo estoy dispuesta a todo", me dijo que pasaba por mi casa en una hora así que me preparé poniéndome una falda muy corta y una blusa escotada, sabiendo a lo que iba a enfrentarme, además de que deseaba devorar ese joven tan guapo y varonil, saldría beneficiada doblemente, pues con el nuevo salario de mi marido ya le podía pedir lo que quiera y además tendría el gusto de probar un nuevo macho entre mis piernas.
Llegó puntual con la dirección que le di y me subí al auto muy suavemente, notando mis muslos que se veían casi completamente, él se me acercó y me quiso besar la boca pero le quité los labios diciéndole que fuera con calma, que no pensara que era una puta, sino que lo que podría pasar era sólo por ayudar a mi marido y que debía ser discreto, me dijo que si y fuimos a un hotel muy lujoso, con jacuzzi incluido, al entrar me masajeó mis nalgas descaradamente y no hice nada por evitarlo, le pregunté por el contrato de mi marido y él me lo mostró, observé bien los datos personales de mi marido, el cargo, su salario, el cual hasta vi que era un poco más alto del que antes tenía y la estabilidad laboral que tanto deseaba ver, me puse contenta mientras lo leía el empezó a manosearme y besarme por todos lados, me bajó mi hilo y lamía mi culo grande, lo tiré a la cama y empecé a chuparle su pene grandiosamente bello; grueso, cabezón, sin bello púbico, venoso, como a mi me encantan. Se la mamé como ninguna otra mujer se lo había echo, el gozaba cada lengüetazo, cada succión, cada lamida de bolas al máximo.
Me decía: eres grandiosa Sofia toda una puta mamadora, yo me reí y le dije: "si papi, me encanta tu verga" y se la seguí mamando hasta que estuviera dura como un sable, el quería que lo montara pero le dije que aun faltaba que firmara el contrato de mi marido, de una vez lo firmó sin pestañear, pero no fui tonta ya que el podía romperlo así que pedí su teléfono y marqué a la empresa, de allí pedí línea a la oficina de mi nuevo amante y respondió la secretaria, Nicolás como se llama el, supo qué hacer y le pidió que llamara a mi marido para atender la llamada, mientras él hacía eso me dediqué a desnudarme, mostrándole mis tetas grandes y firmes, le bailé sexy para que viera lo que le esperaba.
Nicolas: "Aló José, te comunico que gracias a tu buen rendimiento laboral y por comprender la situación que tuvimos que enfrentar en la empresa, valorando ese sacrificio que tuviste, te comunico que mañana ocuparás nuevamente tu puesto, ya que el Licenciado Ortiz pasará al departamento de Mercadotecnia, mañana al llegar ve a mi oficina a firmar el contrato, felicidades", mi marido le dio las gracias muy contento, sin saber que en realidad había logrado recuperar su antiguo trabajo gracias a mi.
Nicolás cerró la llamada y me dijo: "soy de palabra, espero cumplas", a lo que yo le dije: " no te preocupes amor que lo que deseas de mi lo probarás ya mismo", me acerqué a la cama y me senté sobre su pene, solo rocé la cabeza contra mi entrada varias veces hasta hundírmela toda, gemí de gusto: "ahhh papi que cosa más rica me estoy metiendo", empecé a cabalgarlo como yo sé hacerlo, el me nalgueaba y chupaba mis pezones, le decía: "muérdemelos papi" y él loco de deseo lo hizo, lo cual provocó venirme delicioso, su pene grueso estaba rozándome bien rico mi cuevita, le metí mi lengua en su boca y nos besábamos con lujuria.
Nicolas: "que mujer tan caliente tiene José en su casa, eres toda una perra en la cama".
yo: "gracias amor, la verdad no lo hice tanto por mi marido, sino por que estabas bien lindo y quería tenerte entre mis piernas", eso a él le gustó pues sonrió.
Nicolas: " si nena me tienes bien caliente desde que entraste a mi oficina, sabía que eras una hembra deseosa de placer".
yo: "si papi cógeme duro, muéstrame tu juventud, quiero sentir un macho culeándome rico", me puso en 4 y me la hundió, sus huevos chocaban fuerte contra mis nalgas, me haló por el cabello tratándome como la zorra que soy, no paré de gemir con cada estocada que me daba: "asi papi ahhh siii no la saques, métemela duroooooo, aayyy ayyyy la siento bien ricooo papiiii", "¿quieres mi culo papi?.
Nicolas: "claro que si, lo deseo desde que te vi", me lamió el culo buen rato, me echó saliva y hundió dos dedos dentro de mi, de una vez fue metiendo su miembro duro y caliente por mi culo abierto y eempezó a bombearme, ese mete y saca estaba rico.
yo: "asi papi culeame duro, asiii ajhh sométeme",
Nicolás: "eres toda una sucia perra, hace tiempo no me culeaba a una nalgona tan puta como tu", no paró de sacarla hasta que decidí yo misma echarme hacia atrás y menear en círculo mi culo para sacarle la leche. "me vengo zorra, me vengo en tu culo", "si papi dame esa leche rica, lléname el culo de leche ahhh ayyy siii ahhh ", enseguida sentí un chorro fuerte de semen inundando mi culo, el quedó acostado sobre mi espalda, estábamos sudados, olorosos a sexo, me gustó tanto que me le senté en su cara para que me lamiera mi concha húmeda y él no me defraudó, se notaba que era un mujeriego experto en coger, me hizo venirme en su cara delicioso: "ayy papi desléchame asiii ufff siii mete esa lengua en mi coño, chupame el pirigallo asii asiii ufff, me vengo mmmmm ricooooo".
Nuevamente se la chupé para ponérsela dura y me puso en 4 a borde de cama, me empezó a coger duro por mi concha, yo sacaba mi lengua saboreando de gusto, estaba totalmente adicto a mis nalgas, "ohh papi si que aguantas, dame duro por mis nalgas ahhh ayyy coges mejor que mi marido mmm ricooo", nuevamente me dijo que se iba a venir y la sacó de mi concha y me la metió a la boca: "mama perra, traga tu leche", "si papi dámela toda, quiero tu lecheee ahhhh" y nuevamente otro chorro espeso de semen me inundó la boca, la cual me tragué completa, le di una buena lamida a su cabeza para dejarsela limpia.
Empezamos a vestirnos ya que faltaba una hora para que se acabara la jornada laboral en la empresa y él debía regresar, no usamos el jacuzzi, así que me dijo que lo usaríamos en alguna otra ocasión, yo le dije que eso dependerá de cómo le vaya a mi marido, así que supe que de ahora en adelante mi marido ganaría buen dinero y no tendría mucho trabajo, que quizás la que ahora sudaría sería yo.
Me dejó en mi casa, no sin antes deslecharme metiéndome sus dedos en mi concha provocándome otro rico orgasmo y me despedí de él dándole otra mamada en su auto esta vez, quedé impresionada del aguante de ese hombre, quizás será por su juventud, volví a tragarme ese rico semen dulce y me fui caminando a la casa, una hora después llegó mi marido muy contento por lo de su trabajo y yo fingí sorpresa y estar contenta, las cosas definitivamente mejorarían, volví a ser infiel pero esta vez por una buena causa.
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