Relato Erótico : Entregué el culo por culpa de tus celos
Nos casamos hace ocho años, Javier tiene 36 años y yo 30, desde que éramos novios mi marido me celaba de manera enfermiza, mi madre me lo advirtió: - No te cases con un hombre celoso, como tu padre – pero los hijos nunca hacemos caso, creemos que el amor puede con todo, que más adelante cambiará, que voy a poner todo de mi parte para que no haya problemas, pero Javier me inclinó a serle infiel, tres veces y no sé si siga haciéndolo porque sus celos van en aumento.
Cuando me casé yo era una flacucha insignificante, usaba lentes y me vestía fatal, y no es que mi marido fuera un Dios griego, pero comparado conmigo, era muy superior, todos en su familia le decían que podía encontrarse una mujer más atractiva, pero ya se sabe, el amor no acepta consejos. ¿Por qué me celaba si era insignificante? Bueno, primero porque tengo un carácter chispeante, segundo porque soy muy inteligente, me recibí como abanderada de mi colegio y con honores y, por último, dicen que tengo un rostro muy bello.
Sus celos son insoportables, en una ocasión me sacó del pelo literalmente porque estaba bailando con un primo suyo, el bochorno se recuerda hasta la fecha en su familia. Otra vez, un chico de España me pidió amistad por Facebook, nos intercambiamos algunas fotos, nada indecentes, él se enteró y me obligó a cerrar mi Facebook y la peor fue que, Walter, el hombre que me quitó la virginidad… y yo de bruta se lo conté… lo fue a buscar a su casa, Walter ya estaba casado y le dio una golpiza tremenda delante de su familia, y mi ex sin saber por qué, le tuve que pedir que no lo denunciara para evitar la cárcel de Javier.
Lo peor para mi marido fue que cuando tuve mi primera hija, mis atributos crecieron de forma sorprendente y eso mejoró cuando tuve a mi segundo niño, ahora tenía unos senos muy apetecibles y las nalgas me crecieron armónicamente, haciendo que mi culo fuera admirado por muchos hombres y por qué no decirlo, por algunas mujeres también, mi autoestima creció y ahora ya me sentía una mujer más segura.
En un examen que me hice de la vista, el oftalmólogo me sugirió que usara lentes de contacto, compré unos grises que se me miraban preciosos en contraste con mi piel morena, Javier puso el grito en el cielo, pero yo ya tenía carácter y me los dejé, pero las cosas fueron peor para Javier, que cuando entré a trabajar de secretaria de gerencia al Banco donde actualmente laboro, me exigieron que vistiera a la moda con ropa muy fina y tuve que mejorar mi imagen, de aquella flacucha ya no quedaba nada, ahora era una mujer muy atractiva.
Cuando teníamos intimidad me preguntaba que dónde había aprendido a hacer sexo oral, que por qué me movía de tal forma, que quién me había enseñado, que tal posición era de mujeres de la calle, en fin, me volví una momia en la cama y lejos de molestarle, estaba feliz, cuando yo era cariñosa y le decía: - Así, papito, dame más – Me decía que a saber a cuantos le había dicho lo mismo.
Antes de que naciera la nena tuvimos un pleito que casi termina en divorcio ¿Por qué no le hice caso a mi mamá? Pero tiene dos grandes cualidades, una: sabe pedir perdón de la manera más tierna posible y lo perdoné y la segunda: está muy bien dotado y eso lo agradece cualquier esposa, para volver con él, le dije que me dejara gozar de mi sexualidad, que me dejara expresarme como a mí me gusta, afortunadamente, a pesar suyo, me dejó ser una mujer ardiente y ahora gozo de unos orgasmos magníficos.
A mí nunca se me había atravesado la idea de serle infiel, cuando volví a abrir mi Facebook, volvió a poner el grito en el cielo, pero igual seguí, era mi más fiel seguidor, empezó a husmear en mi teléfono, y en mis redes sociales encontró el nombre de un compañero de trabajo con el cual nos mensajeábamos constantemente, una tarde sorpresivamente fue por mí al trabajo, yo salí feliz a saludarlo y no se movió de ahí hasta que le presenté a Vinicio, ya en casa me hizo un interrogatorio digno de la CIA. A mí ni me gustaba Vinicio, pero su nombre lo oía todos los días, por culpa de Javier, me empecé a fijar en él, como ya teníamos dos años trabajando juntos, nuestra amistad creció y la confianza nos llevó por caminos peligrosos, un día a la hora del almuerzo me dijo que tenía serios problemas con su novia, inocentemente le dije que me contara y Vinicio me soltó que su novia no lo aguantaba en la cama porque era muy vergudo (esa palabra usó)
Esa misma noche me duché y me puse mi mejor lencería, quería seducir a mi marido y cuando lo tuve a mi alcance, me prendí de su enorme pene, me encanta metérmelo a la boca… y sé que es bien dotado, porque antes de casarme, me acosté con varios chicos y ninguno tenía el grosor ni el largo del pene de mi marido… ah, qué cosa más rica, le estaba lamiendo las bolas y le masturbaba ese enorme palo, cuando no sé por qué, pensé en el miembro de Vinicio, fue tal la excitada que me pegué que me tragué su verga y sentí chorros de semen bañar mi carita, Javier solo me comentó: -¿Cómo que hoy estabas más caliente de lo habitual? – Afortunadamente se recuperó rápido y me penetró con su enorme herramienta, cuando estaba a punto del orgasmo, otra vez esa imagen del “vergudo”.
A los pocos días, Vinicio me cuenta que su prometida lo había mandado a volar porque la dejó sangrada, a mí me pareció exagerado, él me dijo que era verdad, que tuvo ese problema con todas sus ex, yo lo molestaba y de apodo le puse: Hulk, me burlaba de él cada vez que podía y una tarde al salir del trabajo, veo en mi WhatsApp una foto de su miembro bien parado, pude notar que se la había tomado en el baño del banco, en un principio pensé borrarla y perderlo como amigo, pero lejos de eso, volvía a ver la foto, era muy parecido al pene de mi esposo, un poco más largo, quizás… no sabía que hacer… horas más tarde recibo un mensaje: - Perdóname – Eso era imperdonable, si mi marido no fuera tan celoso se lo contaba, pero era capaz de matarlo, sin exagerar.
Pasaron varios días y yo evitando a Vinicio, en eso llega a mi oficina, cierra la puerta y:
VINICIO: Tenemos que hablar, sé que fui un verdadero patán contigo, ya te pedí perdón ¿qué otra cosa debo hacer para recuperar tu amistad? Por favor, Elena, dímelo, solo tú sabes la causa de mi tormento, ya no sé qué hacer, te lo juro.
YO: Tienes razón, debemos hablar y comportarnos como adultos, acepto tus disculpas, pero el problema no es ese, me lo merezco por todas las burlas que le hice a tu miembro… ¿Qué piensas hacer? No te puedes resignar a que todas las mujeres te rechacen por el tamaño de tu pene.
VINICIO: Ya probé hasta con prostitutas y nada.
YO: Perdón que te lo diga, pero Hulk anda todo el día despierto.
VINICIO: No lo puedo evitar, me masturbo todos los días, pero no se me baja. Y por favor no le digas Hulk, que me hace sentir peor.
YO: Perdón.
VINICIO: Espero que hayas borrado la foto que te mandé, si la ve tu esposo, me mata.
YO: Te mata, seguro, me preguntó si eras casado y como sé que eso lo puede investigar, le dije… perdón, Vinicio… le dije que eras gay… discúlpame.
VINICIO: Si con eso salvo la vida… no te vayas a molestar conmigo, pero… ¿No te parece que mi pene es anormal?
YO: …no …la verdad …mi esposo lo tiene casi igual al tuyo…
VINICIO: ¿De verdad? ¿Y lo aguantas todo?
YO: Todito.
VINICIO: ¿Y no te lastima?
YO: Nadita.
VINICIO: Dichoso, lástima no haberte encontrado antes que él.
YO: De verdad, lamento mucho tu problema… no sé cómo ayudarte.
VINICIO: Yo sí… pero…
YO: ¿No estarás pensando que me convierta en tu amante? Yo nunca le he sido infiel a mi marido, además lo amo.
VINICIO: …solo una vez, por favor… déjame sentirme un hombre normal, no un monstro… será nuestro secreto… te juro que no lo sabrá nadie… por favor, Elena, por favor…
YO: …deja de tocarte esa cosa… me pones nerviosa…
VINICIO: ¿No me la quieres tocar?
Y esa fue mi perdición, me tomó de la mano, se sacó la verga y la llevó a su tremenda erección, yo estaba hipnotizada masturbando aquel mástil que tantas veces había visto en la foto, Vinicio se levantó de prisa y le echó llave a la puerta, luego se sentó en mi escritorio, delante de mí, con sus piernas jaló mi silla de rodos y mi boca quedó a centímetros de semejante manjar… pues no tuve más que abrir la boca y empezar a chupar esa cabeza morada, pasándole la lengua por todos lados… realmente estaba gozando esa mamada, pero el idiota de Vinicio me la dejó ir de un solo puyón, y tosí como tísica, me la saqué y fui corriendo al baño a vomitar, al volver le dije que era un animal, que no sabía tratar a las mujeres, que se fuera de mi vista para siempre.
Pero lejos de eso me tomó de las nalgas y empezó a manosearme, yo le decía que me dejara, pero mi mano ya tenía agarrada su verga, me suplicó que me la quería meter, yo le decía que no, pero ya tenía la tanga en las rodillas, me inclinó sobre el escritorio, se escupió la paloma y me la metió hasta adentro, tuve que ahogar un grito de dolor para no causar sospechas, pero me zafé como pude:
YO: Mira, animal, tu problema no es que estés vergudo, como tú dices, tu problema es que eres una bestia, déjame que te enseñe cómo tratar a una mujer, con qué razón nadie te aguanta, acuéstate en la alfombra y quítate los pantalones.
VINICIO: Que rica se te ve la cuquita, toda rasuradita.
YO: La tengo igual que todas, estúpido, déjame que yo haga el trabajo, me voy a sentar en Hulk, pero no te vayas a mover hasta que yo te diga.
VINICIO: Lo que tú digas, mamita.
Le agarré su enorme garrote y lo guie a la entrada de mi empapada cuquita, poco a poco me fui metiendo esa víbora que me quemaba por dentro, cuando iba por la mitad, Vinicio me la metió toda, juro que sentí que me salía por la boca, le pegué una bofetada y le advertí que si lo volvía a hacer, lo dejaba con esa calentura, el pobre no podía ni hablar de lo tembloroso que estaba, otra vez empecé de nuevo a tragarme su anaconda, fui despacio, me sentía llena, completa y por qué no decirlo: muy caliente, fui bajando poco a poco y cuando sentí sus testículos en mis nalgas, le pedí que se quedara quieto, nunca nadie había llegado hasta mi útero, era delicioso, quizás por el enorme placer de su tamaño y por el dolor que me provocaba, empecé a subir y bajar, al cabo de unos minutos le pedí que se moviera, lo hizo como un taladro, otra vez le llamé la atención, le dije que lo hiciera despacio y cuando yo le pidiera más acción, entonces que me penetrara con todo.
No sabía cómo había llegado hasta aquí, pero mi primera infidelidad la estaba disfrutando al máximo, yo misma me desabotoné la blusa y el sostén y dejé que me chupara mis erectos pezones, me encantaba mi papel de maestra de sexo, empecé a moverme como batidora, Vinicio se dio cuenta y empezó a darme verga con todo, yo trababa los ojos, llena de lujuria, él me amasaba las nalgas y me mordía los pechos… en eso suena mi teléfono y veo que era mi marido, Vinicio se dio cuenta y me dijo que le contestara, pero ya me sentía muy mal por serle infiel, como para encima contestarle con una verga ajena adentro de mi panocha.
Luego me puso de perrita hincada sobre mi silla de rodos y me metió su verga de un solo puyón, yo protesté y me zafé, le dije que aprendiera a coger, que no fuera tan ansioso, que coger era un arte que se debe hacer poco a poco, él temblaba de la calentura, me volví a hincar y ahora sí me la fue metiendo sin ansiedad, sentía como las paredes de mi cuquita iba tragando verga, después de varias metidas y sacadas me la fue metiendo hasta que sentí sus pelos en las nalgas, que delicia sentirme tan llena de verga, empecé a mover el culo y yo misma me hacía para atrás… de pronto siento una descarga eléctrica que me recorrió todo el cuerpo en un delicioso orgasmo.
Pero Vinicio quería más, ahora quería mi culo, a nadie le había permitido darme verga por el culo, ni siquiera a mi marido… se lo negué, si la cuca me la tenía irritada de tanta pija, no quise ni pensar como me quedaría el culo, él me rogaba y yo le decía que ni lo pensara, en eso me mete un dedo dentro del culo, yo me enojé y le dije que NO, que no debería obligar a una mujer cuando dice que NO, Vinicio me pidió disculpas y me rogó que lo hiciera terminar, yo abnegada me hinqué y le mamé la verga, el muy burro me taladraba la boca, yo iba a protestar cuando me agarró la cabeza y me llenó la boca de leche, yo tosí por la ahogada que me dio.
Luego de que me fui a asear, me agradeció la cogida, me dijo que ninguna mujer lo había aguantado como lo había hecho yo, que por fin le había metido la verga hasta el fondo a una mujer y que rico que yo la había aguantado, me dijo que todo sería perfecto si le daba el culo, le dije que estaba loco, que esa fue la última y la única vez que me iba a coger, que ya le había dado bastantes lecciones de cómo tratar a una mujer, no pude cumplir mi promesa del todo, otras veces le volví a mamar la verga, pero no me dejé volver a coger.
Con mi marido los celos iban de mal en peor, me dijo que lo había engañado, que Vinicio no era gay, que lo había investigado y que ahora salía con una chica bastante guapa, me enseñó fotos, no tuve más remedio que reconocer mi mentira, pero le dije que él me había obligado a mentirle a causa de sus celos, que Vinicio era nada más que un compañero, si supiera la verdad… luego del ataque de celos, me cogía delicioso, y yo pensaba en la enorme pija de Vinicio, a veces me imaginaba que se la mamaba a Vinicio mientras Javier me cogía y tenía unos orgasmos muy intensos.
Venía su cumpleaños y yo le iba a preparar una fiesta sorpresa, pero como que se las olió, porque me dijo que no quería ver a su familia, que tenía vergüenza después de haberme llevado del pelo por culpa de su primo, le dije que tenía que demostrarle a su familia que ya había cambiado, le aconsejé que él mismo llamara a su primo y que lo invitara a su fiesta, dudó mucho tiempo, pero por fin lo hizo. Vino toda su familia, lo llenaron de regalos, mi suegra me preguntó si de verdad ya había cambiado, yo le dije que sí, que viera como hablaba con su primo Luis.
A media fiesta mi suegro le trajo mariachis, la fiesta se prendió, entonces me sorprendí cuando Javier me pidió que bailara con su primo Luis, él mismo me llevó y le dijo a Luis que para demostrarle que todo estaba olvidado, que bailara conmigo y que no iban a haber problemas, Luis era un gran bailarín, bailamos todo tipo de música, pero cuando empezaron los boleritos me preocupé, ya sentía a Javier jalándome del pelo, pero lejos de eso, me mandaba besos con la mano:
LUIS: Nunca tuve la oportunidad de pedirte disculpas, Elena.
YO: No fue culpa tuya, los celos de mi marido ya rayaban en lo enfermizo.
LUIS: Pues yo sería igual de celoso contigo, te has convertido en una mujer monumental.
YO: Gracias, tan exagerado.
LUIS: Te lo digo de verdad, aquella vez casi podía sentir tus costillas en mis manos y ahora lo que siento son tus enormes pechos aplastarse contra el mío, sería delicioso que tus dos pezones fueran chupados al mismo tiempo.
YO: Y yo siento otra cosa aplastarse en mi estómago, sepárate un poco, quieres.
LUIS: Perdón, pero con un mujerón como tú es normal que cualquier hombre se excite al tenerte tan cerca.
YO: Pues aléjate un poquito.
LUIS: Que envidia me da mi primo, ha de ser muy rico verte todas las noches esas nalgas operadas.
YO: No están operadas, idiota, me crecieron al nacer mis hijos.
LUIS: No te creo.
YO: Claro, quieres que te diga que me las toques para que me creas, eso no pasará nunca, ¿me oyes?
LUIS: Nunca digas nunca.
Por fin terminó la dichosa fiesta y toda la familia felicitó a Javier por su conducta, era la primera vez que no había incidentes, sus padres me felicitaron y se despidieron diciéndome que era una maga. Junto con Juanita hicimos un poco de limpieza y al terminar me fui a duchar, en eso entra Javier:
JAVIER: Te mirabas muy contentita en brazos del mierda de Luis.
YO: Ay, Javier, quien te entiende, si tú mismo me llevaste a bailar con él.
JAVIER: ¿Qué te estaba diciendo? Porque algo te decía, yo veía como que estaban discutiendo, vamos Elena, dime ¿Qué te decía?
YO: No empieces, por favor.
JAVIER: ¡¿Qué te dijo?!
YO: Nada, que estaba muy cambiada.
JAVIER: Que estabas RICA, así te ha de haber dicho el cabrón: RICA.
YO: Que no, Javier, creo que tenías razón, no volveré a organizarte un cumpleaños, NUNCA.
JAVIER: ¿Te pidió las nalgas?
YO: Que no, Luis es un caballero.
JAVIER: Caballero… cabalgarte quiere, seguro te va a llamar un día de estos, pero si me entero lo mato, ¿me oíste bien? LO MATO.
YO: Javier, dime que tengo que hacer para que ya no me celes.
JAVIER: Podrías empezar por mamarme la verga… pero sin pensar en Luis, solo piensa en MI VERGA.
YO: Eso me encanta.
Me metí su pija a la boca bajo los chorros de agua caliente, que rico es sentir el agua en toda mi cara y la verga palpitar en toda mi boca, a los pocos minutos de estársela mamando me inundó la boca de leche. Ya en la cama se puso agresivo, me decía que Luis había bajado muchos las manos, que seguramente en alguna vuelta me había tocado el culo, yo enojada me di vuelta y le di la espalda, él aprovechó y me quitó la tanga, por primera vez desde que nos casamos me la quiso meter por el culo, ahí si me enojé y me fui a dormir al cuarto de ms hijos.
A la hora del desayuno no lo vi y como era sábado me pareció extraño que saliera tan temprano, a las nueve en punto me llega un hermoso ramo de flores disculpándose, a las 10 otro y así cada hora hasta que dieron las seis, el último era inmenso y me lo llevó él mismo, al abrir la puerta se hincó y me pidió perdón, lloramos juntos y entre lágrimas me cogió delicioso, intentó dame por el culo pero yo hábilmente lo rechacé, ya no hizo nada por conseguirlo y nos dormimos abrazados con la falsa promesa de que nunca más me volvería a celar.
Días después mi cuñada Aida nos invitó a cenar a su casa, todo iba bien hasta que nos contó que su marido, Armando, había tenido un pequeño accidente, Javier se ofreció para ir a ayudarlo y regresaría con él para cenar, así que con Aida nos dedicamos a beber vino y cuando lo hago se me suelta un poco la lengua.
YO: Aida, te puedo hacer una pregunta incómoda.
AIDA: La que quieras.
YO: Es que… tu hermano anda con cosas raras…
AIDA: ¿Qué cosas?
YO: Pues… últimamente me ha pedido cosas… que a mí me parecen antinaturales.
AIDA: Cuéntame, ¿qué cosas?
YO: Pues me quiere dar por atrás.
AIDA: (Ríe) Eso no es antinatural, sé que hay mujeres que no les gusta, unas porque les duele y otras ni siquiera lo intentan… ¿A cuál de las dos perteneces tú?
YO: A las segundas… no sé… ese orificio se hizo para otra cosa.
AIDA: La boca también, pero seguramente también la usas para darle placer a mi hermano.
YO: Sí, pero eso es diferente, una cosa es chupar y otra muy distinto que te perforen atrás… ¿Tú lo has hecho?
AIDA: Te voy a contar… tuve un novio que estaba muy bien dotado, con él lo intenté una vez y me dolió hasta el alma y nunca más quise probar semejante aberración, pero cuando me casé con Armando… que pena contarte esto… pues mi marido la tiene normalita y en una borrachera que me puso, lo intentó y no sabes el placer que me dio, como no la tiene tan grande como mi ex, me dolió al principio, pero después fue delicioso, un orgasmo por ahí no se compara con los orgasmos vaginales, son como más intensos y más largos… deberías de probar.
YO: Ni loca, tu hermano la tiene inmensa, seguro me desgarra toda.
AIDA: Entonces creo que te vas a morir sin probar este placer de los dioses.
Al rato llegaron nuestros maridos, no pude evitar verle la entrepierna a Armando, ¿Qué se sentirá tener esa verga metida dentro de mi culo? ¿Será tan rico como dice mi cuñada?... la cena trascurrió de manera amena, nos despedimos sin ninguna novedad, según yo… al llegar a casa, Javier me dijo que esa falda me quedaba muy corta, que Armando no me quitaba la vista de mis piernas, que era su cuñado, que eso de seducir al marido de su hermana era depravación, discutimos airadamente, otra noche a dormir con mis hijos.
Al día siguiente usó la misma táctica que con las flores, solo que ahora recibía cajas de chocolates cada hora, a ese paso sus celos lo iban a dejar en la quiebra, pero igual que siempre, después de la tormenta venía la gran cogida, me dio una mamada de cuca que me hizo acabar dos veces en su boca y luego se me subió encima y me cogió de misionero, pero hizo algo que no se lo había permitido, me metió un dedo dentro del culo y… me gustó… mentira: ME ENCANTO… pensaba que su dedo era la paloma de Armando y mientras me hurgaba el culo me vine como toda una puta.
De pronto estaba muy solicitada como nunca en mi vida, Vinicio me llamaba constantemente, quería volver a cogerme, pero yo estaba decidida a no volver a caer en la infidelidad, así que, para calmar sus ansias, se la mamaba de vez en cuando; por otro lado, Luis empezó a llamarme como lo predijo Javier, después de todo sus celos no eran infundados, me mandaba fotos con su novia ¿Qué pretendía? Fotos besándose, algunas tocándose y otra bastante subidas de tono, pero casi se me caen los calzones cuando recibo una llamada de Armando:
ARMANDO: Hola, Elena, espero que mi llamada no te sorprenda.
YO: Pues me sorprende y mucho ¿En qué te puedo servir?
ARMANDO: Nada, solo te llamaba para saludarte.
YO: Gracias, pero es mejor que no lo hagas, Javier me dijo que te pasaste viéndome las piernas en la cena.
ARMANDO: Ya sabes cómo es mi cuñadito de celoso, pero no tiene razón, tú me viste verte las piernas.
YO: No, claro que no… ¿Para qué me llamas?
ARMANDO: Bueno… solo quería saludarte… no pienses mal.
YO: Estoy segura que tu llamada tiene que ver con una pregunta que le hice a tu mujer.
ARMANDO: Pues tienes razón, con Aida nos lo contamos todo…
YO: ¿Qué quieres? ¿Qué te diga que quiero probar contigo? No soy una puta, Armando.
Y colgué furiosa, pero no me podía mentir a mí misma, si había fantaseado muchas veces en que Armando me daba verga por el culo, sus llamadas se hicieron constantes, ya había vencido mi resistencia a no contestarle, ahora hasta tocábamos el tema con naturalidad, le dije que, si algún día me decidía a probar, él sería el último hombre sobre la faz de la tierra porque era el esposo de mi cuñada y yo quería mucho a Aida, él se reía y me decía que no tenía por qué enterarse.
ARMANDO: Sé que cuando a una mujer se le mete una idea en la cabeza, no la abandona hasta que la consigue.
YO: ¿Y tú quieres que la consiga contigo? ¡Estás loco de remate!
ARMANDO: Dime la verdad ¿Quieres probar? Yo sé con Javier no lo vas a hacer porque me contó Aida que la tiene muy grande y tienes miedo de que te desgarre, así que te quedan pocas opciones… y yo soy una de ellas… ¿te gustaría probar?... sé que te va a gustar, Aida aúlla cada vez que se lo hago.
YO: Cambiemos de tema porque me estás poniendo nerviosa.
ARMANDO: Eso quiere decir que voy por buen camino… mira, te propongo algo… mañana estaré en un congreso de la oficina en el Holyday Inn que está en el centro, yo doy la primera ponencia de ocho a nueve de la mañana, así que estaré hasta el medió día que termina el congreso, si quieres quitarte los nervios te estaré esperando… no te vas a arrepentir.
YO: ¡Ni lo sueñes!
Pero yo sí lo soñaba, tenía que probarlo, ¿Sería tan rico como dijo Aida?... por la noche llegó mi marido furioso, me dijo que había hablado con su hermana sobre el famoso tema anal y que le había contado que ella disfrutaba mucho con Armando y que era una pena que él, siendo mi marido, no me diera ese placer… yo ya no sabía si reír o llorar, lo que sí sabía es que después de esas escenas venía una gran cogida, así que creo que hasta esperaba sus diabólicos celos, mientras más intensa eran las escenas, más grande era la cogida, así que discutimos muy fuerte y cuando iba al cuarto de mis hijos me tomó del brazo con violencia, me aventó a la cama y me desnudó de prisa, me chupó todo el cuerpo, luego se acostó y me invitó a cabalgarlo, yo caliente como estaba me senté en su enorme y deliciosa pija, estaba disfrutando como loca, esperando su dedo dentro de mi culo, pero sus manos se fueron a mis tetas, así que pasé mis dos manos atrás de mi cuerpo y con una le sobaba los huevos y con la otra, yo misma me metí dos dedos dentro del culo, imaginándome la verga de Armando, fue tan intenso mi orgasmo que lloré de puro placer.
Eran las diez de la mañana del día siguiente y yo seguía en el baño dudando, había mencionado tantas veces mi marido el nombre de Armando mientras me cogía… que si me gustaría que Armando me cogiera por el culo, que a él si lo iba a aguantar porque tenía la verga chiquita, que si era tan puta como para cogerme al esposo de Aida, que eso no se le hace a una cuñada y menos a un hombre como él que me amaba tanto, que a saber a cuantos les daba las nalgas y él sin enterarse… en fin, me tenía podrida con sus celos, así que si tanto se imaginaba verme con Armando, él mismo me lo había metido en la cabeza, así que mi determinación estaba tomada, iría.
Llegué al hotel cuando estaba desarmando el evento, Armando me vio y me señaló la sala de espera, me senté muy nerviosa apretando las piernas y ocultándome en mis anteojos obscuros, esperé como media hora en lo que todos se despedían, por fin pasó a mi lado y me dejó sobre as piernas una llave, la 570, luego lo vi subir por el elevador, a los pocos minutos yo hice lo mismo, toqué a la puerta:
YO: Armando, por favor, sin palabras.
Fue muy paciente, debo reconocérselo, primero me abrazó dándome masaje en mis hombros y espalda, luego me beso tiernamente para ir volviéndose muy apasionado, después me tocó las tetas de manera muy delicada, hasta que por fin me amasó las nalgas, yo ya estaba perdida para esos momentos, era una presa conquistada… de no ser por los celos de mi marido, nunca hubiera contemplado esta segunda infidelidad… pero no había tregua, ya me tenía en sus redes… me desnudó lentamente… luego lo hizo él… no pude evitar verle la verga… no era tan chiquita como me la había imaginado, pero sí era delgada… Armando se colocó en pose 69 y me lamió la cuca de manera tierna, como si me fuera a quebrar, indudablemente era un gran amante, yo insegura le pasé la lengua por la cabeza y luego de varias chupadas me la metí a la boca, era la primera verga que me cabía completa.
Luego me puso boca abajo, yo temblaba de pies a cabeza, empezó por lamerme el cuello, ya sentía su pija en las nalgas, luego bajó a mi espalda y solo con el roce de su lengua me hizo estremecer al llegar a mi culo, me puso de perrita y me volvió a lamer la rajita y en una de esas lamidas me pasó la lengua por el culo, sentí un choque eléctrico, no sabía que tenía tantas terminaciones nerviosas en medio de las nalgas, yo paré el culo sin voluntad, entonces se puso un condón y me ensartó la paloma por la papaya, como estaba más que húmeda, se me resbaló con mucha facilidad, sentí sus huevos en mi clítoris, pero quería más, acostumbrada a la pija de mi marido, sentía que no me llenaba, pero eso no quería decir que no sintiera rico, me tocó el gallito y empecé a sentir que me venía, en eso siento como me mete su pulgar entre las nalgas, ahora mi orgasmo sí estaba próximo, pero Armando me dejaba de coger cuando estaba cerca, no entendía que pasaba, en eso me mete dos dedos y hasta tres, ahora si sentía sus penetraciones más constantes dentro de mi cuca, cuando él sintió que empecé a moverme, sin casi darme cuenta me metió toda la verga por el culo, como estaba tan próximo a sentir mi orgasmo, casi ni me dolió y tenía razón Aida, aullé como una perra cuando me vine, pero Armando seguía dándome caña y otro delicioso orgasmo anal me vino en pocos instantes, al final de la tarde me hizo acabar tres veces por el culo.
En lo que Armando hizo una siesta, yo aproveché para vestirme en el baño y salí presurosa sin despedirme, no sé qué cara le pondré cuando lo vuelva a ver, pero esos orgasmos bien habían valido la pena de que Armando pensara que soy toda una puta, pero de lo que sí estaba segura es que nunca lo volvería a hacer, pero como me dijo Luis: Nunca digas nunca… la oficina de Armando organizaba congresos una vez al mes, así que con esa frecuencia tenía orgasmos anales, me sentía muy mal con Javier, ya no solo le mamaba la pija a Vinicio sino también ahora me dejaba coger por el culo por Armando… de una cosa si estaba segura: si Javier no fuera tan celoso, nunca le hubiera sido infiel.
Las fotos que me mandaba Luis cada vez eran más pornográficas, luego las acompañó de videos y de relatos, unos eran sobre lesbianas, a mi esos nunca me gustaron y luego me mandaba videos y relatos sobre tríos donde estaba dos mujeres con un hombre, al igual que hizo Armando me llamó con mucha frecuencia y al principio rechacé todas sus fotos, sus videos y relatos, pero poco a poco fue instalando en mi cabeza el placer por los tríos, ya no necesitaba que él me los enviara, yo misma los buscaba por internet, empecé a ver a las mujeres con lujuria, me imaginaba a Aida siendo cogida por Armando y me preguntaba cómo sería su panochita, a qué sabría, igual me pasaba con Rosaura, la novia de Luis, aunque a ella ya le conocía su rajita por medio de las fotos.
JAVIER: Si alguna vez se te antojó Luis, te jodiste, se va a vivir con una cualquiera, pero esa no es la noticia, se va a vivir SIN CASARSE, es el primer miembro de la familia que no se casa, ¿pero que se podía esperar de ese degenerado?
YO: En primer lugar, nunca se me “antojó” y en segundo, a ti que te importa, déjalos vivir su vida.
JAVIER: Es que es un desprestigio para la familia, espero que mis papás nunca lo vuelvan a invitar, no quiero ni toparme con esa puta. Mira la foto que publicó en Facebook, si parece una degenerada. ¿Tú te vestirías así?
YO: Tú sabes que no… pero dale el beneficio de la duda, tal vez es buena gente.
JAVIER: No me vayas a decir que te cae bien… te prohíbo que la conozcas, esa puta sería una mala influencia para ti.
YO: Pero como quieres que la conozca si ni siquiera vemos a Luis.
JAVIER: Ese cabrón con tal de joderme es capaz de seducirte y…
YO: Ya, Javier, no me faltes el respeto, ahora también me vas a prohibir conocer mujeres, no acepto que me celes con hombres, pero con mujeres…
JAVIER: No te estoy acusando de lesbiana, solo digo que esa puta es una perdida y no me gustaría que intimaras con ella.
YO: Solo que tú me la traigas.
JAVIER: Deja de decir estupideces, a esa maldita no la trago ni en pintura.
Pero justo llegaron las bodas de oro de mis suegros e hicieron una fiesta donde tiraron la casa por la ventana, invitaron a todo el mundo y por supuesto llegaron Luis y Rosaura, en contra de todas las predicciones de Javier, a todo el mundo le cayó bien la niña, tendría unos veinticinco años, con un cuerpazo espectacular, eso sí, su apariencia era un tanto vulgar, enseñaba mucho, boca gruesa pintada de rojo, tacones altísimos que cuando caminaba se le movían las nalgas como si fuera gelatina, indudable era la mujer más deseada de toda la fiesta, a mí me dieron un poquito de celos, yo era el centro de atención hasta que apareció ella, todos los hombres estaban rendidos a sus pies y una mujer también… yo.
Javier estaba histérico y bebió más de la cuenta, a media noche mi suegro lo llevó a su antiguo cuarto, como no está acostumbrado a beber, le pegó muy fuerte, de pronto se me acerca Rosaura:
ROSAURA: Hola, Elena, por fin tengo el gusto de conocerte.
YO: Igualmente, Rosaura, eres la sensación de la fiesta.
ROSAURA: Gracias, por fin te conocí porque tú a mí ya me conociste hasta las amígdalas.
YO: Bueno, Luis es un pervertido.
ROSAURA: Y yo también, por eso estamos juntos, pero tú nunca nos mandaste fotitas desnuda.
YO: No, no me atrevía, una cosa es que nos miremos entre mujeres y otra que me mire Luis.
ROSAURA: ¿Por qué? ¿Tú crees que yo no te deseo igual que Luis?
YO: No sé… no sé qué decirte… nunca he estado en una situación similar… me siento u poco… como una idiota.
ROSAURA: No tienes por qué… tienes aspecto de ser una niña buena… con lo que me gusta pervertir niñas buenas.
YO: ¿Luis te mandó a hablarme?
ROSAURA: Sí, pero, aunque Luis no te conociera me hubiera acercado a ti, eres preciosa y tienes un cuerpo de infarto, mira esas tetitas, se te ven deliciosas y esas nalguitas bien paraditas, ¿Me dejas tocarlas?
YO: No sé… hay gente y…
ROSAURA: Que ricas, las tienes bien duritas… en cambio las mías están un poco flojitas… ¿Quieres tocarlas?
LUIS: ¡Rosaura! No tan de prisa que mi papá nos está viendo… Hola Elena, ¿nos quieres acompañar a nuestro nidito de amor?
YO: ¿Para qué?
ROSAURA: Bueno, podemos leer un libro, ver Animal Planet, o coger, eso, como no se me había ocurrido antes, ¿quieres coger con nosotros?
LUIS: Vamos, Elena, ya llevamos varios meses mandándote fotos y propuestas indecentes… Acompáñanos, al fin de cuentas mi primo está dormido y sé que a ti te gustaría compartir con nosotros.
YO: No sé… me da como… miedito.
ROSAURA: Si no te gusta, prometo que paramos y te vamos a dejar a tu casa.
Yo no me dejaron ni contestar, se despidieron de todo el mundo y a mis suegros les dijimos que ellos me iban a pasar dejando a mi casa, mi suegra me dijo que estuviera atenta al teléfono, porque de seguro al despertar Javier, lo primero que haría sería llamarme por teléfono, se lo prometí y salimos presurosos hacia su nidito de amor… era pequeñito pero muy acogedor, yo ya iba mareada, pero no lo suficiente para atreverme a hacer mi primer trío, así que yo misma les pedí un trago, Luis nos sirvió y se sentó con Rosaura, se empezaron a besar y a meter mano, Rosaura me guiñaba un ojo en señal de complicidad.
Mientras me servía otro trago se desnudaron los dos, yo ya no sabía que ver, si la verga de Luis que era de tamaño entre la de Vinicio y la de Armando… o esa rajita húmeda de Rosaura y que pechos, por Dios, que figura tenía esa niña, como para presumir su anatomía, se puso de pie y me dio la mano, yo me levanté temblando, entonces se me acercó y me besó los labios, era el beso más dulce que jamás haya recibido, podía sentir como sus pezones chocaban con los míos sobre la tela de mi blusa, hábilmente metió sus manos bajo mi blusa y desabrochó mi sujetador, luego lo sacó para mostrárselo a Luis como si fuera un trofeo, lentamente se hincó y terminó de quitarme el vestido y la tanga.
Me colocó sobre el sillón, abrió mis piernas y sentí su aliento en mi cuquita, esta niña sí sabía cómo calentar a una mujer, yo movía la pelvis buscando su boca, pero ella solo me echaba su aliento, en eso veo que Luis se acomoda detrás de ella y le mete la cara entre las nalgas, ella pegó un gemido y me lamió toda la raja, que diferente sentía la lengua de Rosaura en comparación de todos mis amantes, era como si supiera donde sentía más rico, luego de varios minutos me metió dos dedos en la panochita, otro en el culo y se prendió de mi clítoris, sentía que mi orgasmo estaba próximo, entonces la tome de la cabeza y yo misma le restregaba mi panocha en su boca hasta que con un grito salvaje, me vine como toda una puta.
Siempre que no sé qué hacer, corro al baño, ahí estuve varios minutos hasta que llegó Rosaura a preguntarme si estaba bien, le dije que sí, que solo algo abochornada, me tomó de la mano y me llevó a su cama, ahí nos esperaba Luis con la verga bien parada, yo no sabía qué hacer, entonces Rosaura se puso de perrita y le mamaba la verga a Luis, con una mirada me invitó a que le chupara su zorra, ahí estaba, a milímetros de mi boca, por fin iba a saber a qué sabía su rajita, apoyé mis manos en sus hermosas nalgas y saboreé su panochita, le pasé la lengua por toda su extensión hasta llegar a su culo, ella pegó un brinquito:
ROSAURA: Así, mamita, chúpame la pepa… así, putita… que rico lo haces… ay… más… ahora méteme tus deditos como yo te lo hice a ti… así… más adentro… agh… que rico… mételos y sácalos… ay… chúpame el clítoris que estoy a punto de venirme… así Elena… así… más duro… más rápido… ay… me vengo… no me sueltes… más… más… ya… yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…
Con el sabor de su venida en mi boca nos besamos a tres lenguas, de verdad que esos dos habían nacido el uno para la otra, eran un par de pervertidos. Pasamos cogiendo toda la madrugada, ya se veían los rayos del sol entrar por la ventana:
LUIS: Ahora quiero que ustedes hagan un 69 de ladito… así, perfecto, ahora, Elena... ¿me dejas cogerte por el culo?
YO: No sé… pero si me duele… paras.
ROSAURA: Yo me voy a encargar de que no te duela, putita, te voy a poner tan caliente que vas a gozar cuando Luis te rompa el culo… ¿Te gusta cómo te lo lubrico?
YO: Sí Rosaura, siento rico… ay... au… así… chúpame el clítoris… ay… me vas a matar…
ROSAURA: Así putita… mámame la panocha… así… para ser principiante lo haces muy rico… ay… se nota que naciste para puta…
YO: Ay… que rico… creo que me voy a venir…
ROSAURA: ¡Ahora, Luis! ¡Rómpele el culo!
Y sentí delicioso como esa verga mediana me partía el culo en dos mientras la lengua y los dedos de Rosaura hacían estragos en mi panocha, en eso sonó mi teléfono, era mi marido, hasta ahí me percaté que eran las siete de la mañana, Rosaura me dijo que le contestara y que le dijera que se estaba masturbando pensando en él… yo estaba muerta de la calentura, así que no me quedó más opción que contestar:
YO: Hola, amor, buenos días…
JAVIER: ¿Qué estás haciendo?
YO: Si me vieras… me estoy masturbando pensando en tu vergota.
Pero la verdad estaba a punto de tener un orgasmo por el culo con la verga de su enemigo y la lengua de la puta que tanto odiaba.
JAVIER: Que rico… espérame, llego al rato, solo me baño porque amanecí vomitado y luego del desayuno llego para darte una gran cogida… ¿qué son esos ruidos?
YO: Son mis dedos puyando mis hoyitos, amor.
JAVIER: Que rico se oye… acerca más el teléfono a tu cuca… que calentura… parece que te estuvieran cogiendo…
YO: Deja de hablar y apúrate que me tienes hirviendo…
Justo cuando colgué sentí el culo lleno de leche y un doble orgasmo invadió mi cuerpo… nunca había sentido tanto en mi vida, como agradecimiento les besé la cuca y la verga, me bañé y me vestí de prisa, me fueron a dejar y al llegar a mi casa me metí a la cama a masturbarme para que cuando llegara Javier viera que era cierto que lo hacía pensando en él.
Pero, oh decepción, al llegar venía furibundo, su papá le dijo que él me había venido a dejar anoche, seguramente porque sabía que, si les decía la verdad, yo iba a tener problemas, pero igual los tuve, me dijo que su papá era un mujeriego incorregible, me preguntó si no se me insinuó, que era un viejo verde y que se aprovechó de su borrachera para venirme a dejar y estar a solas:
JAVIER: Dime la verdad ¡¡¿Cogiste con mi papá?!!
¿Ahora entienden por qué di las nalgas?
FIN.
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